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“..abrir de par en par el corazón a Cristo, a quien no hay que temer, pues sólo Él es el salvador del hombre…” Rev. José Guillermo Gutierrez Fernández ( 2da Parte)

 VISITA DE SU SANTIDAD BENEDICTO XVI, A MEXICO Y CUBA

 “..abrir de par en par el corazón a Cristo, a quien no hay que temer, pues

sólo Él es el salvador del hombre…” Rev. José Guillermo Gutierrez Fernández     ( 2da Parte)

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Benedicto XVII

Por Beatriz Alejandra Fernández López (2da Parte)

1.      ¿Qué acciones ha continuado Su Santidad Benedicto XVI de Juan Pablo II y cuales acciones ha innovado o tienen su propio estilo?

                Yo encuentro una profunda continuidad entre estos dos pontificados. Ciertamente el Papa actual está emprendiendo una labor importante al interior de la Iglesia, insistiendo en la supremacía de Dios, en la adoración a Dios y en la autenticidad de la vida cristiana. Está llevando a cabo una profunda renovación del sacerdocio. Ha insistido también en la identidad cristiana, recordamos a este respecto los famosos principios no negociables. Esta insistencia, sin embargo,  no es en clave fundamentalista. Continuamente lanza a la Iglesia al diálogo con el mundo con una gran apertura y amplitud de miras. Un diálogo que para ser auténtico no renuncia a la propia identidad y cree firmemente en la verdad de la propia doctrina. Un diálogo que es posible por la profunda confianza en la razón, en la capacidad del hombre para descubrir la verdad. En esto encuentro una profunda continuidad con Juan Pablo II y, al mismo tiempo, una novedad en cuanto a los acentos. El Papa nos está exigiendo mucho en lo que se refiere a la unidad y coherencia de vida. De ahí que no le haya temblado la mano para enfrentar el problema de las conductas inmorales de algunos sacerdotes católicos.

                El Papa Benedicto XVI continúa los grandes temas del ecumenismo y de la libertad religiosa, de conciencia y de culto. Objetivos que ha profundizado y que corresponden ampliamente a su misión petrina de servicio a la unidad y de testigo de Dios en el mundo.

                Con sello propio se podría mencionar la atención a la liturgia en clave de renovación en la continuidad de la tradición de la Iglesia, resaltando la adoración a Dios.

2.      ¿En que condiciones se encuentra actualmente el trabajo que esta haciendo Su Santidad para fortalecer el Derecho a la Vida, la Protección a la Familia, los niños, los jóvenes y los adultos mayores?

 

Tanto el tema del respeto a la dignidad de la persona humana, de su derecho fundamental a la vida en todas las circunstancias, desde su concepción hasta la muerte natural; así como el de la promoción de la familia fundada en la relación matrimonial estable e indisoluble de un hombre y una mujer, han sido continuos en todo su Magisterio. Prácticamente no hay discurso en el que no insista en estos temas. Si habla a los Obispos, los exhorta a sostener a la familia, a promover la santidad de sus miembros, impulsando la oración y la meditación de la Palabra de Dios. Desarrollando programas pastorales en los que se actúe la sacramentalidad de la familia y su subjetividad evangelizadora, particularmente en el ámbito de la preparación al matrimonio y en la formación para vivir la vocación al amor, en la educación cristiana de los hijos, en la cercanía y solidaridad con las familias heridas y en dificultad, en la formación de líderes y en la misión “ad gentes”. Invitando a los obispos a motivar a las familias a ejercer su ciudadanía y subjetividad social en la promoción y defensa de la verdadera identidad del matrimonio, preservándolo de las potentes corrientes políticas y culturales que pretenden alterar su definición legal. El Papa insiste continuamente en la necesidad de un esfuerzo conciente y constante de la Iglesia para resistir estas tendencias y defender la institución matrimonial y familiar de manera razonada, como institución natural constituida por una comunión específica de personas, radicada fundamentalmente en la complementariedad y reciprocidad de los sexos y orientada a la procreación y educación de los hijos.

 Esta misma preocupación se evidencia en sus intervenciones frente a jefes de gobierno,  hombres de la política, de la economía, o de especial relevancia en la vida social. La Santa Sede es muy activa en la promoción y defensa de los derechos de la familia en los distintos ámbitos de su actividad, tanto diplomática como pastoral.  Pienso que este servicio del Papa, de la Iglesia y de la Santa Sede es un servicio no sólo a la Iglesia Católica, sino a la humanidad entera. Defender la institución del matrimonio como una realidad social es una cuestión de justicia que comporta la tutela del bien de la entera comunidad humana. Se trata de una labor de civilización y de preservación de lo humano que pone las bases irrenunciables para edificar un futuro mejor para las personas y la sociedad.

 Toda esta preocupación pastoral encontrará un momento especial de celebración, de toma de conciencia, de reflexión y de renovación de energías pastorales en el próximo Encuentro Mundial de las Familias con el Papa, el séptimo, que llevaremos a cabo en la ciudad de Milán del 30 de mayo al 3 de junio de 2012.

 3. ¿Que planes hay para fortalecer el mensaje y la presencia de la Iglesia en América Latina y en Europa?

 Son muchas las cosas que se podrían señalar aquí. Me parece que por ahora se puede resumir en el programa pastoral del Año de la Fe, que se inscribe dentro del programa más amplio que la Iglesia viene viviendo desde hace varios años de la nueva evangelización. El Concilio Vaticano II, cuyo 50 aniversario celebraremos próximamente, puso de relieve la índole misionera de la Iglesia. En Europa y América, lugares donde el anuncio del Evangelio se ha hecho desde antiguo y donde se percibe un cierto cansancio de la fe, tienen necesidad de una nueva evangelización. En América Latina este proyecto se está concretando en la Misión Continental. Una misión que quiere ser permanente. En Europa se está llevando a cabo algo semejante, con las misiones en las principales ciudades, con la iniciativa del “patio de los gentiles”, formas todas estas que quieren anunciar de manera nueva la alegría del Evangelio, dar testimonio de nuestra esperanza en un mundo y a una humanidad cansada y que pierde el rumbo, al perder la referencia trascendente.

 El Año de la Fe será una gran ocasión de alabanza a la Trinidad Santa, de Acción de Gracias por el don de la Revelación y de la Fe, de una profundización de sus contenidos y como una nueva plataforma de lanzamiento de esta urgente y gozosa misión. Cuyo método es siempre la irradiación, el testimonio de la santidad y la vivencia de la caridad, el anuncio explícito del Evangelio y el diálogo con todos en el que se da razones de nuestra esperanza.

4.      ¿Que planes tiene su Santidad para fortalecer la presencia y mensaje de la Iglesia en Asia y África, donde la Iglesia todavía no tiene una presencia determinante?

 En los territorios donde todavía hay muchas personas que no han recibido el anuncio de la fe la tarea es siempre la misión. Misión “ad gentes” como se llama en este caso. Tanto África como Asia son continentes donde la presencia de la Iglesia está en continuo aumento y las comunidades eclesiales son especialmente vivas y devotas. Donde hay numerosas vocaciones sacerdotales y religiosas. También son lugares que tienen necesidad de muchas energías para consolidarse, para asegurar la formación y para purificar las culturas de tradiciones, usos y prácticas no conformes con el Evangelio. Donde la presencia y mensaje de la Iglesia es muy valorado como obra civilizadora. El Santo Padre ha dedicado mucha atención a África y es innegable la confianza que tiene en los africanos. Baste pensar en la cantidad de eclesiásticos de aquel continente que ha llamado a colaborar con él al frente de algunos Dicasterios de la Curia o en cargos de responsabilidad dentro de ella. Este año, por ejemplo, los ejercicios espirituales por segunda ocasión le han sido predicados por un cardenal africano. Esto es un signo. El Papa piensa que la Iglesia tiene necesidad del testimonio de vitalidad y sencillez de la Iglesia en África.

5.      ¿Cuales son las expectativas que se tienen sobre esta visita a México?

    México está atravesando un momento muy difícil. Los mexicanos estamos orgullosos de muestra historia, de nuestras tradiciones, de nuestra cultura, pero aun estamos trabajando en la consolidación de nuestra identidad nacional. Las bases cristianas de esta identidad son indiscutibles, pero también lo son la presencia del liberalismo y del iluminismo que ha caracterizado la educación formal oficial por generaciones y que lucha por reivindicarse y arrinconar a la Iglesia y el influjo del pensamiento cristiano sacándolo del espacio público descalificándolo como irracional e intolerante.  Tenemos una tarea pendiente de integración entre nuestras raíces indígenas e hispanas. Nuestra democracia es todavía débil. Y en este momento enfrentamos procesos de modernización y de globalización económica y cultural, que ejercen una gran presión a distintos niveles y que, junto con sus enormes ventajas y oportunidades, han provocado también el crecimiento de las desigualdades sociales y el empobrecimiento de bastos sectores de la población. La violencia provocada por la difusión del crimen organizado y el combate institucional que se le ha venido dando, ha debilitado las instituciones y creado un clima de miedo y desconfianza.

            Estas pinceladas del contexto actual de México, permiten valorar aun más el esfuerzo del Papa por visitar el país. Su presencia y su palabra nos confirman en la fe. Nos alientan en la esperanza y nos motivan a empeñarnos en la caridad. Elementos necesarios para el trabajo de reconciliación que tenemos pendiente y que encuentra en el diálogo entre las distintas tradiciones de México un punto nodal. Su presencia y su palabra serán una confirmación del reconocimiento  de la vocación histórica de México y del papel importante que estamos llamados a desarrollar en el concierto de las naciones y en la Iglesia. Es un fuerte apelo a la conversión y a la madurez de la fe, lo cual significa compromiso serio con el Evangelio, es decir, lucha personal y comunitaria por la santidad. Ello implica una intensa vida de oración, un esfuerzo constante en la coherencia moral, en la formación cultural y doctrinal, en el ejercicio de las virtudes, por ejemplo: la solidaridad, la laboriosidad, la sobriedad, la caridad y el respeto.

                El papa es “el dulce Cristo de la tierra”, el Vicario de Cristo, el pastor Universal de la Iglesia. Así lo ve y lo siente la mayoría del pueblo de México. Para los católicos es una figura entrañable. Su visita es motivo de consuelo y esperanza. Significa que Cristo está cerca de nosotros y comparte nuestras preocupaciones. Para los que no son católicos, se trata de la visita de un hombre de una gran estatura moral e intelectual, reconocido por todos, cuya presencia en el país no puede sino ser positiva.

6.      ¿Algún mensaje final para los lectores de Uniendo Voces?

   La invitación a prepararse a esta visita del Papa con la oración y a aprovecharla intensamente tomando ocasión de ella para conocer a este gran hombre y su mensaje, reflexionar sus palabras y sobre todo, a abrir de par en par el corazón a Cristo, a quien no hay que temer, pues sólo Él es el salvador del hombre, de todo el hombre y de todos los  hombres.

Para ver la primera parte de la entrevista haga click aquí

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