ORACIÓN POR MÉXICO
Por Jorge Fernández H.
Dios de infinita compasión, hoy celebramos con corazones llenos de gratitud el Día Mundial de la Beneficencia.
Te damos gracias porque a través de la generosidad y el servicio de tantas personas, el bien sigue fluyendo en el mundo, trayendo esperanza a quienes más lo necesitan.
Que este día sea un recordatorio de que la bondad y el amor desinteresado tienen el poder de sanar, transformar y unir a la humanidad, recordándonos nuestra capacidad de hacer el bien por el simple hecho de ayudar al prójimo.
Recordamos hoy también con profunda gratitud a Santa Teresa de Calcuta, quien con su vida ejemplar nos mostró el camino del amor incondicional y el servicio a los más pobres y olvidados.
Te agradecemos, Señor, por habernos dado a esta gran alma, cuyo legado sigue vivo inspirando a millones a seguir su ejemplo.
Que su espíritu de compasión guíe nuestros corazones, y que dondequiera que esté, interceda por nosotros para que sigamos sus pasos en la práctica de la verdadera caridad.
Hoy, celebramos también a la Mujer Indígena, elevamos nuestras voces para pedir por nuestras hermanas indígenas, custodias de una sabiduría ancestral y portadoras de la historia viva de nuestra tierra.
Te pedimos que sus derechos sean respetados y que sus voces sean escuchadas con dignidad. Que este día nos recuerde el valor y la fuerza de estas mujeres que, con su lucha diaria, contribuyen al bienestar de nuestra patria y al cuidado de nuestra casa común.
También recordamos en este día a las grandes instituciones que encarnan el espíritu de servicio: la Cruz Roja y los Scouts, organizaciones que a través de sus acciones promueven la ayuda desinteresada y la solidaridad entre los pueblos.
Gracias, Señor, porque su labor altruista ha llegado a millones de personas en México y el mundo, recordándonos que siempre hay espacio para la generosidad y la entrega.
Que su ejemplo inspire a más personas a practicar la beneficencia y a comprometerse con el bienestar de los demás.
Te agradecemos, Señor, por cada ser humano que, en cualquier rincón del mundo, practica la virtud de la beneficencia.
Que sus gestos de bondad reflejen Tu amor divino, y que a través de sus acciones sembramos esperanza para un futuro más justo y lleno de compasión.
Que el ejemplo de Santa Teresa de Calcuta sea siempre una luz que ilumine nuestro camino, inspirándonos a vivir con corazones generosos y llenos de humildad.
Bendícenos, Señor, para que, inspirados por Tu amor, sigamos construyendo un mundo más humano, solidario y lleno de paz.
Amén.