Un avión que se creía llevaba al fundador de WikiLeaks Julian Assange aterrizó en Bangkok el martes, en su viaje para hacer una declaración de culpabilidad ante el gobierno estadounidense que le liberaría y resolvería un caso judicial que se ha extendido a lo largo de varios años y distintos continentes por la publicación de un lote de documentos clasificados.
El avión arrendado VJT199 aterrizó después del mediodía en el aeropuerto internacional Don Mueang, al norte de la capital tailandesa.
No estaba claro si el avión sólo se detendría a repostar ni cómo continuaría Assange su viaje a Saipán, capital de las Islas Marianas del Norte, un estado libre asociado de Estados Unidos situado en el Pacífico occidental, donde comparecería ante una corte la mañana del miércoles.
Estaba previsto que se declarara culpable de un cargo de conspiración para obtener y difundir de forma ilegítima información clasificada de defensa nacional, contemplado en la Ley de espionaje, según una carta del Departamento de Justicia de Estados Unidos presentada a la corte.
Se esperaba que Assange regresara a su país natal, Australia, tras su declaración y sentencia. La audiencia se celebrará en Saipán debido a la oposición de Assange a viajar al territorio continental de Estados Unidos y a la proximidad del tribunal con Australia.
La declaración de culpabilidad, que debe ser aprobada por un juez, pone fin de forma repentina a un caso penal de intriga internacional y a la persecución que durante años ha llevado a cabo el gobierno de Estados Unidos contra un editor cuyo popular sitio web de intercambio de información secreta lo convirtió en un ídolo para muchos defensores de la libertad de prensa que afirmaban que actuaba como periodista para sacar a la luz delitos cometidos por el ejército de Estados Unidos.
Los investigadores, por el contrario, han afirmado en repetidas ocasiones que sus acciones infringieron leyes destinadas a proteger información delicada y pusieron en peligro la seguridad nacional de Estados Unidos.