México, 24 Ago (Notimex).- Diana Caballero vive entre abejas, les toma fotos, las conoce bien y difunde su importancia, ellas a cambio la acompañan en su trayectoria como fotógrafa de naturaleza.
Vive en Veracruz, desde hace unos cuatro años dedica su tiempo a buscar abejas, en específico las solitarias, y es que a decir de ella, en el inconsciente colectivo domina la idea de que sólo existe una especie de abeja que es la Apis Melifera, de donde además se obtiene miel, ceras, polen y otros insumos, sin embargo, en el mundo existen entre unas 20 y 25 mil especies diferentes de abejas.
Además, explicó que 93 por ciento de las especies de abejas son solitarias, es decir, que viven lejos de una comunidad o una sociedad; así, el macho y la hembra se reúnen en el cortejo; luego el macho muere y es la hembra quien se queda a cargo de la labor de construir el nido y provisionar las celdas de alimento para las crías.
En su opinión, se ha perdido de vista a las abejas solitarias debido a que no generan insumos para los seres humanos; sin embargo, como polinizadoras tienen una labor fundamental, incluso algunas son las encargadas de polinizar solo ciertos tipos de plantas, por lo que no mirar a este grupo de solitarias abejas sería como no observar a todas las especies de flores y plantas a las que ayudan en sus procesos de polinización.
“Me gusta la conducta animal, la fotografía te invita a observar cómo se comporta la naturaleza y los seres que habitan en ella”, explicó a Notimex al referir que su interés se enfoca en las abejas solitarias ante la diversidad de colores y tamaños.
“Ellas rompen con los esquemas de las abejas que dominan el imaginario colectivo”, en ese sentido, abundó que incluso hay algunas que tienen todos los colores del arcoiris u otras cuya estructura morfológica es bien diferente a la que comúnmente se le relaciona.
La fotógrafa mexicana que además es una de las cuatro personas en México que forman parte de la Liga Internacional de Fotógrafos de Conservación, refirió que contrario a lo que se piensa solo un porcentaje muy pequeño de estos insectos viven en sociedades.
Por ello, desde 2014 centra sus actividades como fotógrafa en dar a conocer la importancia de develar la existencia de las abejas, en específico de las solitarias, y es que, dijo, se desconoce la enorme diversidad de especies de este insecto y las personas piensan que solo existen abejas amarillas con negro con un aguijón que pica, aunado a que la Apis Mellifera, que es la que todo el mundo conoce, es una especie introducida, es decir, que no es originaria del país.
“A las abejas desde las primeras culturas se les reconoce su labor de producir miel, propóleos y ceras, pero las abejas son mucho más que esos productos que ellas almacenan y que nosotros les robamos para nuestro consumo”, su labor y valor prioritarios está en la polinización de las plantas, puntualizó.
Así, explicó que además de las abejas solitarias, existen otras que son endémicas del país denominadas abejas sociales sin aguijón; sin embargo, aun cuando llevan ese nombre sí cuentan con uno, solo que no es funcional; en México, se reportan al menos unas 46 especies que viven en zonas tropicales y subtropicales con una organización bien establecida.
Así, si bien solo se considera que la Apis Mellifera es la única que produce miel y otros insumos, en Yucatán hay una especie denominada Melipona y cuyos procesos de apicultura datan desde los mayas, en tanto que en Cuetzalan, existen referencias de esta actividad en especies nativas, procesos que se desarrollan desde muchos años atrás.
Diana ama a las abejas, las conoce tras largos periodos de observación para poder tomar la fotografía perfecta, para ella, cada especie de abeja es diferente, “cada abeja es muy particular en su morfología y hábitos, aunado a que su conducta está relacionada con las plantas que visitan, es decir, aquellas que tengan características que les permiten acceder a los recursos que la naturaleza provee.
Para fortalecer su actividad como fotógrafa de naturaleza, Diana ha emprendido caminos que la han llevado a conocer abejas de Puebla, Oaxaca y Yucatán, por mencionar solo algunos de los caminos que ha tomado para vivir entre abejas, aunque todo comenzó en Veracruz, donde vive desde hace 15 años, porque es originaria de la Ciudad de México.
Tras varios años de seguir a estos insectos, la fotógrafa conoce bien los sonidos que hacen, incluso puede reconocer algunas por el aleteo y cuenta con imágenes para documentar la existencia de unas cinco diferentes especies nativas del país.
“Sentir cómo empiezan a vibrar y descubrir de dónde vienen los sonidos y vibraciones, esperar a que nazcan las crías de las abejas solitarias, ver sus primeros movimientos, cómo se limpian y reciben la información que su madre les dejó en las resinas y materiales que utilizaron para construir sus capullos, cuando salen de sus capullos ya cuentan con recursos con los que pueden tener un mapa para ir a las plantas que necesitan para sobrevivir”.
Caballero, que este año expuso su obra en el Senado de la República, explicó que la mejor manera de proteger a estos insectos es sembrar plantas para ellas, aunque puntualizó en la importancia de reflexionar hábitos de consumo que impactan de manera negativa en ellas, en específico en la deforestación que deriva en menos lugares para ellas, así como los efectos del cambio climático.
La exposición montada por la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa) busca mostrar hasta el 30 se septiembre próximo algunos aspectos de la apicultura para dar a conocer la contribución de las abejas en la producción de alimentos, así como los servicios ambientales que brindan en los ecosistemas y los diferentes productos que se obtienen de las colonias.
Ello, con la finalidad de conmemorar el día mundial de las abejas el 20 de mayo, y por primera vez en este año el Día Nacional de las Abejas, celebrado el 17 de agosto pasado. Parte de su trabajo fue expuesto también en la exposición fotográfica Día Nacional de las Abejas en el metro La Raza.