OTRA VISIÓN
Domingo, 22 de septiembre de 2024
Por Jorge Fernández H
Este fin de semana, Monterrey se convirtió en el epicentro mundial de la paz al albergar la XIX Cumbre Mundial de Premios Nobel de la Paz, un evento que no solo nos permitió reflexionar sobre los retos que enfrenta la humanidad, sino también celebrar los logros de quienes han dedicado sus vidas a la construcción de un mundo más justo y armonioso.
Uno de los momentos más conmovedores de la cumbre fue la entrega de doctorados honoris causa por parte del IMELE a seis laureados del Premio Nobel de la Paz, así como un reconocimiento póstumo a Vadim Zagladin, padre de Ekaterina Zagladina, la secretaria vitalicia de la Fundación Nobel de la Paz.
Este homenaje fue especialmente emotivo, rindiendo tributo a un hombre que, junto con Gorbachov, fue uno de los arquitectos de la paz mundial.
Además, el Rector Jorge Fernández tuvo el honor de presentar un libro sobre la vida de Vadim Zagladin, resaltando su enorme contribución a la construcción de un orden mundial más pacífico.
La figura de Zagladin es poco conocida, pero su trabajo junto a Gorbachov cambió el curso de la historia, poniendo las bases para una nueva era de diálogo y cooperación internacional.
El evento, inaugurado por el gobernador de Nuevo León, Samuel García, y en el que participaron más de 15 Premios Nobel,
incluyó paneles y mesas de trabajo sobre los grandes desafíos contemporáneos: el combate a la pobreza, los derechos humanos, el cambio climático y la erradicación de la violencia.
Personalidades de la talla de Rigoberta Menchú, Lech Walesa y Shirin Ebadi debatieron durante tres días sobre cómo podemos llevar a nuestras comunidades las enseñanzas de esta cumbre.
Entre los oradores destacados, el empresario Carlos Slim recibió el “Premio Cumbre de la Paz” por su compromiso con la educación y la filantropía, reconociendo su labor de brindar más de 200 mil becas educativas y su apoyo a diversas causas sociales.
Slim, en su intervención, reiteró que la pobreza se combate con salud, educación y empleo, recordando que la paz es un esfuerzo colectivo.
Los paneles resultaron ser uno de los grandes atractivos de la cumbre, con debates profundos sobre la paz y la resolución de conflictos.
De estos, destacaron las discusiones sobre los conflictos actuales, como Gaza y Ucrania, donde los líderes pidieron un alto al fuego y el respeto a los derechos humanos.
Kailash Satyarthi, laureado en 2014, dio un emotivo discurso final en el que llamó a la comunidad internacional a actuar con compasión y responsabilidad para detener la guerra y promover la justicia.
Monterrey brilló como anfitrión de este histórico evento, consolidándose como un centro internacional de paz y valores.
Esta cumbre, sin duda, deja una huella profunda en quienes asistieron, recordándonos que la paz empieza con nosotros mismos y que es un esfuerzo diario que debemos hacer en conjunto.
VIVA LA PAZ!!!
LA PAZ VIVE!!!