- Con ambos candidatos formalmente elegidos por sus partidos, el siguiente paso en la contienda será el 2° debate presidencial, que se llevará a cabo el 10 de septiembre.
Por un lado, Harris presentó en la reciente Convención Nacional Demócrata varias propuestas económicas que reflejan una continuidad de las políticas de Joe Biden, e incluso la intensificación de algunas de ellas.
En el plano fiscal, planea aumentar la tasa marginal máxima sobre las ganancias de capital a largo plazo y los dividendos calificados al 44.6%, el más alto en la historia, a la vez que implementará exenciones impositivas para las familias.
En el rubro de salud, propone garantizar la cobertura de atención médica para todas las personas. Adicionalmente, plantea ampliar el acceso a viviendas asequibles, condonar la deuda estudiantil e invertir en infraestructura.
No realizó comentarios para el ámbito comercial en dicha convención, pero cuando aún era senadora, Harris votó en contra del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC).
Sin embargo, como vicepresidenta no criticó el tratado y la Casa Blanca expresó que este acuerdo comercial “ha demostrado ser un instrumento valioso para consolidar sus procesos productivos”.
Por otra parte, se prevé que mantenga la política migratoria actual, ya que está a favor de un mecanismo hacia la ciudadanía para los inmigrantes indocumentados. Sobre el empleo, en diversas declaraciones ha manifestado la necesidad de aumentar el salario mínimo.
Desde un enfoque de retos y oportunidades, es posible que Kamala podría favorecer más a México en el corto plazo, o mantener la inercia de la administración de Biden.
Además, si cumple la promesa de incrementar sustancialmente el gasto público, ello favorecería a la economía americana y observaríamos un efecto favorable para México (compensaría la reciente inercia de menor actividad económica).
De hecho, cabe recordar que los estímulos fiscales y monetarios implementados por la actual administración demócrata contribuyeron a la recuperación de la economía mexicana tras la pandemia.
A pesar de que, en el pasado Harris no mostró simpatía por el TLCAN, no anticiparíamos cambios de gran envergadura en el T-MEC durante la revisión de 2026.
Esto permitiría que la tendencia actual del nearshoring se mantenga, continuando así con el impulso a las exportaciones mexicanas y la Inversión Extranjera Directa.
Adicionalmente, el aumento de la inmigración mantendría las remesas en niveles elevados, garantizando flujos constantes y significativos de dólares hacia el país.
Por otro lado, aunque algunas de las propuestas de Trump son una continuación de su primer mandato, también ha introducido nuevas iniciativas para consolidar su visión “America First“.
Entre sus promesas más destacadas, busca revitalizar la manufactura nacional mediante incentivos fiscales, aranceles más estrictos sobre bienes importados y un ambicioso plan de desarrollo urbano.
En seguridad nacional, ha prometido una ofensiva contra los cárteles de la droga, sugiriendo incluso el uso del ejército en territorio mexicano.
En cuanto a migración, Trump planea reanudar la construcción del muro fronterizo y llevar a cabo deportaciones masivas, además de revertir las políticas de migración del gobierno de Biden desde el primer día de su mandato.
Su enfoque en política exterior incluye la reducción de la participación en organizaciones internacionales y la renegociación de acuerdos comerciales en términos más favorables para EUA. Además, Trump ha propuesto un incremento significativo en el gasto público, particularmente en infraestructura, como parte de su estrategia para impulsar el crecimiento económico.
Fuente:
El Economista-https://www.eleconomista.com.mx/empresas/Propuestas-economicas-de-Kamala-y-Trump-20240918-0031.html