ORACIÓN POR MEXICO
Por Jorge Fernández H.
Hoy Domingo 1 de junio
SEÑOR DIOS, HOY NOS ACERCAMOS A TI IMPLORANDO TU AYUDA Y TU MISERICORDIA
MÉXICO, País bendito por tu mano, Señor.
Tierra que hiciste tú mismo con generosidad infinita: desde sus volcanes majestuosos hasta sus selvas exuberantes, sus desiertos serenos, sus mares profundos, sus ríos, sus montañas.
Nos diste un territorio lleno de vida, de colores, de sabores, de historia y esperanza. Nos diste oro, plata, petróleo, maíz, cacao, maguey, riqueza que brota desde la tierra misma. Nos diste gastronomía que es arte, cultura que es raíz, fiesta, lucha y fe.
Y sobre todo, Señor… nos diste a los mexicanos.
A nuestra gente.
Trabajadora. Noble. Calurosa. De corazón grande, sensible, valiente.
Gente que se levanta cada día a pesar de todo, que se ayuda, que se abraza, que se parte el alma por su familia, por su patria.
Pero hoy, Dios mío, venimos con un grito ahogado.
Estamos dolidos.
Estamos heridos.
Porque parece que el mal ha echado raíces entre nosotros.
Vemos cómo crecen la violencia, la impunidad, el miedo.
Nos duele ver cómo se asesina, cómo se secuestra, cómo se traiciona a la gente buena.
Hay quienes, por ambición, por poder, por intereses que no son del pueblo, están entregando este país a la oscuridad.
Y mientras tanto, se van las inversiones, se marchita el campo, se tambalea la industria, se rompe la confianza.
La inseguridad nos encierra. La indiferencia nos amenaza.
Por eso hoy, este domingo 1 de junio, te suplicamos, Señor:
No nos dejes solos.
Hoy se abre un momento histórico.
Hoy volvemos a votar, hoy los mexicanos elegimos algo que nunca habíamos elegido: jueces, magistrados, ministros.
Una reforma que puede cambiar el sistema.
Algunos la ven como justicia. Otros la ven como peligro.
Pero solo Tú conoces el corazón verdadero de los hombres.
Guíanos, Dios.
Danos la claridad para elegir con conciencia, con responsabilidad.
Haz que nuestra participación sea un acto de fe y de compromiso.
No permitas que nos gane el miedo, ni el cinismo, ni la apatía.
Que salgamos a votar con el alma limpia, con la mirada firme, con la esperanza intacta.
Perdónanos, Señor, por lo que hemos hecho mal.
Por nuestras omisiones, por nuestros pecados, por nuestras fallas.
Pero también, tócanos el corazón.
Renuévanos.
Haznos mejores mexicanos. Mejores seres humanos.
Acércanos a ti, y haz que caminemos juntos por el bien de esta tierra que tanto amas.
Te pedimos por nuestros gobernantes.
Por quienes hoy llevan las riendas del país.
En especial por Claudia Sheinbaum, que está creciendo como figura política en medio de tormentas.
Con enemigos internos y externos. Con retos enormes.
Con el peso de una nación sobre sus hombros.
Tú la conoces, Señor. Sabes lo que hay en su corazón.
Si hay verdad, si hay voluntad, si hay sinceridad en su servicio…
Fortalécela. Ilumínala. Protégela.
Y que, con tu ayuda, pueda servir al pueblo con justicia, con decisión, con entrega.
Señor, haz de este domingo una jornada histórica de paz.
Haz que México no se aleje de ti.
Quédate con nosotros.
Sopla tu Espíritu sobre nuestras decisiones.
Derrama tu sabiduría sobre cada uno que vote.
Haznos sentir que no estamos solos.
Y a ti, lector, hermano, hermana, mexicano o mexicana:
te invitamos a orar, a unir tu voz a la nuestra.
No desde la religión, sino desde el amor.
Desde el profundo amor a México.
Porque este país es nuestro.
Porque todavía hay esperanza.
Porque juntos, con Dios, sí podemos reconstruir lo que está roto.
DIOS, TE PEDIMOS AMOR, PAZ, ABUNDANCIA Y SABIDURÍA POR MÉXICO!!!
