Trump llega como tormenta anunciada!

OTRA VISIÓN
Por Jorge Fernández
Miércoles 22 de enero

Trump llega como tormenta anunciada!

Hoy vivimos un momento crucial en la historia contemporánea. La toma de posesión de Donald Trump como presidente de los Estados Unidos marca el inicio de un gobierno que ha prometido cambios drásticos en la forma en que se maneja la relación con México y con los migrantes en general. La postura del mandatario estadounidense, enarbolando el lema de “America First”, deja entrever un enfoque duro y cerrado, particularmente hacia los millones de mexicanos que han hecho de Estados Unidos su hogar y su lugar de trabajo.

Trump ha dejado claro que su administración buscará reducir, e incluso eliminar, los costos asociados con los servicios que el Estado norteamericano destina a los migrantes. Salud, educación, vivienda y seguridad son áreas que él identifica como un peso que recae sobre el contribuyente estadounidense, y su intención es redistribuir esos recursos hacia los ciudadanos nativos.

Desde un punto de vista pragmático, podemos entender el razonamiento de Trump. Todo gobierno tiene como deber primordial atender a su propia gente, proteger sus intereses y garantizar un futuro estable para sus ciudadanos. Sin embargo, al aplicar esta visión, corremos el riesgo de olvidar los principios fundamentales de los derechos humanos y de la solidaridad que debe guiar las relaciones entre las naciones.

Los migrantes mexicanos en Estados Unidos no son solo beneficiarios de servicios; son pilares de la economía norteamericana. Trabajan en los campos, en las fábricas, en la construcción, en el sector de servicios. Son esenciales para el desarrollo económico de muchas regiones de ese país. Además, detrás de cada migrante hay historias de esfuerzo, sacrificio y aspiraciones que no se pueden borrar con discursos o decretos.

La gran pregunta que debemos plantearnos es: ¿qué significará esta administración para México? Si Trump mantiene su postura inflexible, nuestro país enfrentará retos enormes, tanto en términos económicos como sociales. Las remesas que sostienen a millones de familias mexicanas podrían disminuir. El regreso forzado de migrantes pondría una presión adicional sobre una economía que ya tiene serios desafíos.

Pero más allá de los números, este es un llamado a reflexionar sobre nuestra capacidad de respuesta como país. Si Trump cierra puertas, México debe abrir ventanas. Necesitamos crear oportunidades en casa, fortalecer nuestra economía, garantizar educación y salud para nuestros ciudadanos y, sobre todo, no perder de vista los valores que nos definen como nación.

Es entendible que Trump busque lo mejor para su patria, pero el verdadero reto de los líderes no es solo cuidar a los suyos, sino hacerlo sin perjudicar a otros. Esa es la esencia de la humanidad, y esa es la gran prueba para este nuevo gobierno estadounidense.

Con sensibilidad, pasión y una profunda preocupación por el rumbo que toman las relaciones entre México y Estados Unidos, sigamos atentos y preparados para los tiempos que vienen.

MÉXICO VIVE!!!
VIVA MÉXICO!!!