Dimite Annette Schavan, ministra de Educación y Ciencia, amiga personal de la canciller, por el presunto plagio de su tesis doctoral.
México, 10 Feb. (EFE).- La ministra de Educación alemana, Annette Schavan, renunció ayer a su cargo acosada por un escándalo de plagio en su título de doctorado, en un nuevo revés para la canciller Angela Merkel a sólo siete meses de las elecciones generales.
Schavan era ministra desde que Merkel llegó al gobierno en 2005 y se había convertido en una de las figuras de más confianza para la canciller. Ambas políticas cristianodemócratas (CDU) mantenían además una estrecha amistad, como demostraron al comparecer juntas para comunicar la noticia.
“La ministra me presentó su renuncia y la acepté con gran pesar”, anunció Merkel junto a Schavan en la sede del gobierno en Berlín.
Merkel elogió los logros de la ministra en sus 17 años de carrera vinculada a la educación y la ciencia y le agradeció “de corazón” que antepusiera “el interés y el bien general a su interés personal”.
La decisión de Schavan llegó cuatro días después de que la Universidad Heinrich-Heine de Düsseldorf le retirara el doctorado en Ciencias de la Educación que había obtenido en 1980 al considerar que “engañó deliberadamente” al copiar fragmentos del trabajo.
Schavan se convirtió así en el segundo miembro del gabinete de Merkel forzado a renunciar por plagio, después de que en 2011 ya lo hiciera el entonces ministro de Defensa Karl-Theodor zu Guttenberg. Conocida por su férrea defensa de una educación de excelencia, la propia Schavan fue entonces una de las críticas más duras con Guttenberg.
“Las acusaciones me afectan profundamente”, señaló junto a Merkel. La ministra de 57 años volvió a negar haber hecho trampa y adelantó que recurrirá la decisión de la universidad.
El proceso podría durar meses y enturbiar la imagen de la ministra y del gobierno justo en plena carrera a las elecciones generales del 22 de septiembre, en las que Merkel buscará un tercer mandato. “El cargo no puede quedar dañado”, justificó Schavan.
En la propia CDU comenzó a preocupar el desgaste que podrían significar para Merkel las dudas públicas.
