Se llevo a cabo el Foro de Consulta México Próspero del Plan Nacional de Desarrollo 2013-2018

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    Se llevo a cabo el Foro de Consulta México Próspero del Plan Nacional de Desarrollo 2013-2018

    Palabras del Presidente de los Estados Unidos Mexicanos, licenciado Enrique Peña Nieto, durante el Foro de Consulta México Próspero del Plan Nacional de Desarrollo 2013-2018, que tuvo lugar en esta ciudad.

    Señoras y señores:

    Muy buenos días a todas y a todos ustedes.

    Agradezco la presencia del señor Jefe de Gobierno del Distrito Federal en este acto.

    De igual forma, de la Vicepresidenta de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados.

    Del señor Presidente de la Junta de Coordinación Política del Senado de la República.

    De muy apreciados y distinguidos Legisladores del Congreso de la Unión.

    De los integrantes del Gabinete del Gobierno de la República.

    Quiero reconocer y agradecer de manera particular las tres interesantes ponencias que hemos aquí escuchado, y a sus ponentes agradecerles su participación.

    De igual forma, agradecer la presencia en este distinguido auditorio de dirigentes de partidos políticos, dirigentes sindicales, dirigentes de organizaciones sociales, de organizaciones empresariales.

    Saludo al Presidente del Consejo Coordinador Empresarial.

    Y a distintas agrupaciones y dirigentes que están aquí presentes, a quienes aprecio su participación.

    De manera destacada quiero saludar la presencia de nuestro Premio Nobel, don Mario Molina. Muchas gracias por estar acompañándonos.

    De académicos, de rectores y directores de distintas instituciones de educación superior del país.

    Y a toda esta distinguida concurrencia.

    Muchas gracias por su participación.

    Señoras y señores:

    México merece transitar por la ruta de la prosperidad. Para ello, su economía debe crecer, transformarse y democratizar sus beneficios.

    Este quinto y último Foro de Consulta Ciudadana para la Elaboración del Plan Nacional de Desarrollo 2013-2018, responde precisamente a este gran propósito.

    A poco más de dos meses de iniciar este ejercicio democrático, miles de mexicanos han contribuido con sus ideas, propuestas y opiniones a definir la hoja de ruta que deberá seguir el país en los próximos seis años.

    Quiero agradecer de manera destacada y, también, las propuestas que personalmente me han sido entregadas, y que habremos de valorar en este trabajo que estamos desarrollando de análisis de las distintas propuestas que habrán de enriquecer el Plan Nacional de Desarrollo.

    Con este Foro concluye un intenso diálogo ciudadano que nos permitirá construir un Plan Nacional de Desarrollo innovador, moderno, claro y objetivo.

    Su estructura tendrá como base las cinco grandes metas nacionales que nos hemos propuesto: Lograr un México en paz, tener un México incluyente, alcanzar un México con educación de calidad para todos, construir un México próspero y hacer de México un actor con responsabilidad global.

    El propósito central al construir un México próspero, es lograr crecimiento económico sostenido y sustentable, que nos permita reducir la pobreza y elevar la calidad de vida de la población.

    Hoy, México vive un buen momento, y así lo destacaron y coincidieron en ello quienes me antecedieron en el uso de la palabra. Y tenemos que aprovecharlo. Contamos con plena estabilidad macroeconómica en los últimos 20 años, solidez institucional y amplio consenso político social.

    El país tiene finanzas públicas sanas, un manejable nivel de deuda, un presupuesto con cero déficit fiscal, una política monetaria responsable y autónoma, orientada a mantener una baja inflación, reservas internacionales adecuadas, así como un tipo de cambio flexible.

    Tenemos, además, instituciones públicas sólidas y una democracia madura, que ya está dando resultados. El mejor ejemplo de ello es el Pacto por México, en el que las principales fuerzas políticas y el Gobierno de la República hemos asumido compromisos concretos frente a la Nación.

    Todas éstas son condiciones favorables que nos presentan una gran oportunidad para transformar a nuestro país y lograr que libere todo su potencial.

    Hay que recordar que en las últimas tres décadas, de 1981 a 2011, el país sólo creció anualmente al 2.4 por ciento. Otras Naciones, como Chile y Corea, lo hicieron a tasas anuales de 4.9 y 6.2 por ciento, respectivamente, como el Secretario de Hacienda lo mostrara en las gráficas que a ustedes ha mostrado.

    Una de las principales razones de este insuficiente crecimiento ha sido la baja productividad de nuestra economía. De hecho, desde inicios de los años 80 a la fecha, la productividad de México se redujo, como aquí ya lo vimos en estas gráficas, 0.7 por ciento anualmente.

    Para hacer frente a esta realidad, el Gobierno de la República se ha trazado el objetivo de crecer más, a partir de incrementar y democratizar la productividad.

    Esto significa que todas las personas, independientemente de su lugar de origen, género, condición o sector económico, tengan acceso a mejores herramientas tecnológicas y conocimientos, para darle  mayor valor agregado a su actividad productiva y, con ello, aumentar su ingreso real.

    Democratizar la productividad significa orientar las políticas y acciones de Gobierno para que todos los mexicanos logren crear más valor y generar más riqueza, al poner sus ideas en movimiento, como lo hemos convocado, como hemos convocado a todo el país: A que movamos a México.

    Con esta visión, el Gobierno de la República trabaja para dinamizar nuestra economía sobre bases sólidas.

    Para ello, lo primero que debemos hacer es asegurar la estabilidad macroeconómica y el orden en las finanzas públicas. Algo que hemos logrado como país durante los últimos 20 años.

    Mi Administración está comprometida a mantener y preservar la estabilidad. Muestra de ello, es el Paquete Económico de 2013 que contempla cero déficit fiscal.

    La estabilidad es una condición necesaria, pero aún insuficiente para crecer.

    Por ello, de manera complementaria y con el respaldo de las distintas fuerzas políticas, hemos comenzando a impulsar y concretar diversas reformas transformadoras.

    Ejemplo de ello son:

    La Reforma Laboral que, al flexibilizar el mercado de trabajo, facilitará que más jóvenes y mujeres encuentren un empleo.

    La Reforma Constitucional en materia Educativa que está orientada a elevar la calidad de la educación en nuestro país.

    En el mismo sentido, la Reforma Constitucional en materia de Competencia Económica y Telecomunicaciones nos permitirá, de aprobarse ya por las Legislaturas locales, mayor cobertura, buenos precios y más calidad en productos y servicios.

    Asimismo, el día de ayer, presentamos en el Castillo de Chapultepec, la Reforma Financiera para que haya más crédito y éste sea más barato, especialmente para las pequeñas y medianas empresas.

    Dentro de esta agenda de transformaciones se incluirán dos reformas fundamentales que presentaremos en los siguientes meses: la Reforma Hacendaria y la Reforma Energética.

    La primera estará orientada a simplificar el pago de impuestos, a que nuestro sistema hacendario sea más justo y progresivo, y que se aliente la formalidad económica.

    Por su parte, la Reforma Energética habrá de contribuir a inyectarle dinamismo y competitividad a nuestra economía.

    El nuevo marco institucional permitirá incrementar la capacidad del país para producir más energía, más barata y más limpia.

    Es así que el Gobierno de la República refrenda su firme compromiso para alcanzar un México próspero.

    Sin embargo, el logro de este propósito va más allá de las reformas estructurales.

    Son múltiples tareas y múltiples áreas de trabajo en las que debemos concentrar nuestro esfuerzo.

    Para apoyar la creatividad e iniciativa de los mexicanos, se creó el Instituto Nacional del Emprendedor, que permitirá abrir más empresas y consolidar las ya existentes.

    Conscientes de la importancia de innovar, de crear nuevos productos y generar valor, estamos incrementando la inversión pública en ciencia y tecnología. La meta es que México invierta uno por ciento del Producto Interno Bruto en este rubro.

    Para elevar y democratizar la productividad, también estamos mejorando el ambiente de negocios, con marcos regulatorios eficaces, y fomentando la competencia en todos los mercados.

    Para que nuestra economía compita a nivel mundial y promueva el desarrollo regional, estamos dando un renovado impulso a la infraestructura logística, a fin de facilitar el flujo de bienes y de personas.

    Además, estamos comprometidos con un desarrollo más ordenado y sustentable de nuestro territorio, especialmente en materia de vivienda, planeación urbana, y en la eventual creación de polos de desarrollo, a partir de una nueva política industrial.

    Tenemos que aprovechar con inteligencia y creatividad las vocaciones naturales de cada entidad y región del país.

    Por su potencial para reducir la pobreza, el campo y la pesca, así como la actividad forestal y la minería, serán esenciales en nuestra estrategia de crecimiento incluyente.

    Es importante, también, modernizar y reposicionar la industria turística del país. Hay que aprovechar y consolidar el capital turístico con el que contamos, para generar más empleos, y preservar nuestro patrimonio cultural, histórico y natural.

    El crecimiento y el cuidado del medio ambiente, ustedes lo saben, no riñen entre sí. Durante esta Administración promoveremos las causas ambientales en los foros globales, pero, también, estaremos tomando medidas al interior del país, para que nuestro desarrollo sea realmente sustentable.

    Señoras y señores:

    Lograr un México próspero es una meta ambiciosa, amplia, que involucra múltiples aspectos. Y, por lo mismo, es la meta nacional en la que participan el mayor número de dependencias y Secretarías del Gobierno de la República.

    En todas estas instituciones existe la conciencia de que la medida del éxito de la política económica, no sólo estará en mejorar las grandes estadísticas nacionales, sino, realmente, en mejorar la economía familiar.

    Todo lo que hagamos por la economía tiene como último fin que los mexicanos tengan un empleo digno, o una actividad productiva en la que ganen más por su trabajo, y que a las amas de casa les rinda más su gasto.

    Las grandes políticas económicas deben reflejarse en el bolsillo de los mexicanos y en la calidad de vida de los hogares de nuestro país y a ello habremos de abocarnos.

    Confío en el que el talento, la inteligencia, la creatividad, hoy aquí reunidos, permitirán enriquecer las políticas públicas para alcanzar el México próspero que todos queremos.

    Éste es el último foro que se lleva a cabo dentro de este espacio que prescribe nuestra Constitución para la planeación democrática de nuestro país.

    Se han recibido más de 200 mil, me habrá de corregir el Secretario de Hacienda, pero son más de 200 mil propuestas, sugerencias, que hemos recibido de los mexicanos y todas están siendo analizadas, consideradas y alineadas a estas cinco grandes metas nacionales que nos hemos trazado.

    Quiero, en este último encuentro, agradecer y reconocer la participación que miles de mexicanos han tenido para realmente hacer aporte y contribución a la política pública que el Gobierno de la República tendrá en los siguientes años para impulsar el crecimiento y el desarrollo del país.

    Quiero agradecer también la participación de distintos sectores de la sociedad que han participado en cada uno de los foros que se han realizado, los distintos foros que hemos tenido en distintos espacios de la geografía nacional, para las cinco grandes metas nacionales y que su participación, sin duda, ha sido valiosa y de enorme contribución a lo que este Gobierno habrá de llevar a cabo.

    Yo hago votos porque realmente este esfuerzo conjunto, este esfuerzo colectivo y este ánimo compartido, renovado, esperanzador que hay entre la sociedad mexicana realmente nos permita alcanzar lo que hace un momento una estudiante universitaria me presentaba en un documento que concentraba distintas propuestas: El México próspero, el México incluyente y el México de desarrollo que todos queremos.

    Muchas gracias.

    Se llevo a cabo el Foro de Consulta México Próspero del Plan Nacional de Desarrollo 2013-20181

    PALABRAS DEL SECRETARIO DE HACIENDA Y CRÉDITO PÚBLICO, DR. LUIS VIDEGARAY CASO, AL INICIO DEL FORO DE CONSULTA “MÉXICO PRÓSPERO” EN EL MARCO DE LOS FOROS DE CONSULTA PARA LA INTEGRACIÓN DEL PLAN NACIONAL DE DESARROLLO   2013-2018.

    Muchas gracias, muy buenos días. Con el permiso del ciudadano Presidente de los Estados Unidos Mexicanos, licenciado Enrique Peña Nieto, me da mucho gusto saludar y agradecer la presencia del señor Jefe de Gobierno del Distrito Federal, Miguel Mancera; de la vicepresidenta de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados; del presidente de la Junta de Coordinación Política de la Cámara de Senadores; de los integrantes del gabinete económico del Gobierno de la República; de los distinguidos ponentes; del presidente del Consejo Coordinador Empresarial; representantes de las organizaciones agrarias.

    Y agradecer la presencia de una muy distinguida representación de los participantes en la actividad económica en nuestro país; representantes del sector obrero, del sector empresarial, del sector campesino que hoy participan en este foro de consulta “Para un México Próspero”.

    La Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos establece un marco para la planeación democrática que debe regir la actuación del Gobierno de la República. Para ello, se prevé que en los primeros seis meses de una administración federal debe crearse un Plan Nacional de Desarrollo que parte no únicamente de las ideas y de la voluntad del Ejecutivo, sino de un amplio proceso de consulta ciudadana.

    Por ello hace 70 días el Presidente de la República convocó a este proceso de consulta. Hoy se lleva a cabo el último de los foros y tiene que ver con los temas de la economía, particularmente con alcanzar el objetivo que ha propuesto el Presidente de los Estados Unidos Mexicanos a todos nosotros, que es el crear un México próspero.

    Quiero aprovechar, y por instrucciones del Presidente de la República, este espacio para compartir con ustedes una reflexión sobre lo que tal vez es el dato más importante para explicar el desempeño económico de México en los últimos años, en las últimas décadas, y es un dato del que se habla poco, que es la productividad.

    En las últimas décadas México sin duda ha retomado el camino de la estabilidad, y se ha avanzado mucho en considerar a México, y así es reconocido adentro y fuera del país, como un país con una economía estable y sólida, y el Presidente de la República ha sido muy claro desde el 1° de diciembre en consolidar y fortalecer la estabilidad de la economía nacional a través de finanzas públicas sanas y otras medidas como un pilar, como una condición necesaria para crecer. Pero sin duda, sin queremos crecer, si queremos elevar el nivel de vida de la población, que los mexicanos y mexicanas ganen más por su trabajo debemos atender el enorme reto de la productividad.

    No hay indicador económico más importante para explicar el desempeño de los países que han podido superar la pobreza de manera sostenida que el de la productividad, y desafortunadamente en México tenemos mucho que hacer en materia de productividad.

    Hay diferentes formas de medir la productividad. Permítanme compartir con ustedes un primer indicador, que es la medida de la productividad total de los factores, esto es, la productividad que tienen en conjunto el trabajo, el capital y los recursos naturales.

    Y aquí el dato importante –si pueden poner la primera gráfica–, que muestran la evolución de la productividad total de los factores en los últimos 60 años; es decir, desde 1950 hasta el año 2010 que es cuando existe la última medición con comparación internacional, y lo que vemos es una historia muy distinta en los primeros 30 años desde 1950 y en los siguientes 30 años.

    Entre 1950 y 1980 la productividad en México creció de manera muy sostenible; sin embargo, de 1980 a 2010 la tasa de crecimiento anual promedio de la productividad es negativa.

    Éste es un dato dramático que explica por qué México a pesar de tener una economía estable, con una posición geográfica privilegiada, con recursos humanos, con recursos naturales, no está creciendo al nivel que debería crecer, y no está generando los empleos bien remunerados que necesitamos en todo el país, en el campo y en las ciudades.

    Permítanme compartir con ustedes una segunda lámina que compara la tasa de crecimiento del Producto Interno Bruto y la productividad entre cuatro países: Chile, Irlanda, Corea y nuestro país, México.

    Chile, Irlanda y Corea son tres naciones que se caracterizan por haber tenido un auténtico despegue en su economía, que hace 30 años tenían –particularmente el caso de Chile y Corea–, niveles de ingreso per cápita de bienestar muy similares a los que tiene México, y que hoy tienen, para fortuna de ellos y frustración de nosotros, niveles de vida muy superiores a los nuestros, que han logrado dejar atrás la pobreza como una condición mayoritaria, y que tienen clases medias robustas y crecientes.

    Mientras que en Chile….

    Mientras que en Chile, Irlanda y Corea el crecimiento promedio en los últimos 30 años fue superior al 4%, destacando el de Corea con 6%, en México apenas fue de 2.4 por ciento.

    La productividad creció en esos países en promedio 1% en el caso de Chile, al año, 1.9% en el caso de Irlanda y 2.4% en el caso de Corea. En nuestro caso la productividad cayó, como ya lo decíamos hace un momento, 0.7% en promedio al año.

    Permítanme compartir una tercera lámina que ilustra este mismo problema, y aquí estamos viendo una medida distinta de la productividad, porque a veces puede haber cuestionamientos de carácter metodológico al uso de la productividad total de los factores como un indicador.

    Vamos a un indicador más simple, más sencillo de calcular, que es la productividad del trabajo, el PIB per cápita comparado con las horas trabajadas. Esta lámina nos nuestra el crecimiento promedio de la productividad del trabajo entre el año 1990 y 2010, los últimos 20 años.

    Y lo lamentable de esta gráfica que tiene 20 países, es que México es el único país que en estos 20 años, en esta lámina hecha por el Banco Mundial y la OCDE, muestra un crecimiento negativo de la productividad.

    Algo grave está pasando en la estructura económica de nuestro país, que estamos en una condición desafortunada y única en el mundo, que no está creciendo nuestra productividad. Si hacia algún objetivo debemos caminar, es hacia corregir este problema.

    Una cuarta lámina, éste es un ejercicio hipotético pero muy revelador: Si México hubiera tenido un crecimiento de la productividad en los últimos 50 años como el que tuvo Corea, hoy nuestro Producto Interno Bruto per cápita sería cuatro veces mayor al que hoy tenemos.

    Tendríamos hoy 86% menos pobres que los que tenemos. Y la pobreza, si vamos a la siguiente lámina, nos muestra el porcentaje de la población en situación de pobreza medida según el ingreso, que hoy en día es 46 por ciento.

    Si hubiéramos crecido en los últimos 50 años con la tasa de productividad de Corea, solamente tendríamos 6.4% de mexicanos en pobreza.

    Y si vamos a la siguiente lámina, que es la pobreza extrema, hoy tenemos a 10.4 millones en pobreza extrema, insisto, considerando la pobreza en función del ingreso, tendríamos únicamente al 1% al 1.3% de la población en pobreza extrema.

    ¿Qué quiere decir esto? Que la productividad no solamente es un concepto económico, es un concepto con una profunda dimensión social. Es el único instrumento capaz para lograr abatir los niveles de pobreza en cualquier economía, incluyendo la mexicana.

    ¿Qué quiere decir aumentar la productividad? Aumentar la productividad no significa trabajar más o explotar de manera desmedida nuestros recursos, empezando por el trabajo. Significa trabajar diferente, hacer las cosas de una manera que nos permita hacer más con nuestro trabajo y con nuestros recursos. Significa aprovechar mejor las cosas. Y para ello necesitamos tener nuevos procesos, distinta tecnología, infraestructura, conocimiento, insumos baratos.

    Todo ello implica que debemos hacer transformaciones profundas en la estructura de la economía.

    Sin embargo, cuando hablamos de que necesitamos mayor productividad, tenemos que hacernos una pregunta de fondo y de inminente carácter social ¿La productividad de quién? Y la respuesta es que tiene que ser la productividad de la gran mayoría de los mexicanos. No solamente la productividad de unos cuantos.

    Sin duda, hoy México tiene algunos sectores de su economía, algunas empresas, incluso algunas ciudades, que tienen altísimos estándares de productividad y que compiten exitosamente en el mundo globalizado. Sin embargo, ésta no es la condición mayoritaria de la población.

    Si queremos que a través de la productividad se eleven los salarios reales de la gente, es decir, que los mexicanos ganen más por su trabajo, debemos lograr lo que el Presidente de la República ha dicho reiteradamente: no sólo debe crecer la productividad, se debe democratizar la productividad; necesitamos productividad en todas las regiones del país, incluyendo los estados y las comunidades más pobres; necesitamos productividad no solamente en el sector formal, sino formalizar a la economía para elevar la productividad.

    Permítanme precisamente en el tema de la informalidad ir a una siguiente lámina, y a partir de un estudio hecho en el Banco Interamericano de Desarrollo mostrar un dato también muy importante, el diferencial de productividad entre las empresas formales y las informales.

    Según este estudio del Banco Interamericano de Desarrollo, la productividad en el sector informal es 45% más baja que en el sector formal.

    Y si tomamos en cuenta que 6 de cada 10 empleos en los últimos 10 años se crearon en la informalidad, ahí tenemos una razón clara de por qué tenemos baja productividad en México.

    La diferencia en productividad también la observamos a nivel regional, existe una brecha muy significativa entre la productividad que existe, por ejemplo, entre el norte y el sur del país.

    Déjenme poner dos ejemplos que pueden ilustrar qué significa esto de democratizar la productividad como un concepto para crecer y para combatir la pobreza y la desigualdad, y son dos ejemplos de la realidad, no son ejemplos hipotéticos: El primero dos parcelas agrícolas en el Valle de Culiacán en los cuales se produce maíz, la tierra es similar y en ambos casos es tierra de riego, sin embargo una cuenta con infraestructura y tecnología adecuada, mientras que la otra no tiene tecnificación alguna.

    En la parcela tecnificada y con infraestructura el rendimiento representó el año pasado casi 4 veces lo que produjo la parcela cercana que no tiene las condiciones adecuadas.

    En ambos casos los productores agrícolas están trabajando con energía y con ahínco, sin embargo están produciendo mucho menos. Democratizar la productividad significa que todos los productores del campo tengan esas mismas condiciones.

    Déjenme ponerles otro ejemplo del Valle de México, comparando 2 tortillerías: Una tortillería que está en el Oriente del Valle de México, que produce de manera tradicional, con tecnología y métodos de producción antiguos y otra tortillería en el Sur de la Ciudad de México que tiene máquinas nuevas, paneles solares y nuevas formas para tratamiento del agua.

    El costo de producción de las tortillas en la tortillería del sur de la Ciudad de México es 13 por ciento más bajo que en la tortillería que está en el Oriente del Valle de México, y sin embargo ambas venden la tortilla al mismo precio.

    Qué quiere decir esto, que quienes están trabajando una tortillería que tiene condiciones de productividad están ganando más por su trabajo.

    La agenda entonces para promover el crecimiento económico tiene que ser una agenda que eleve la productividad, pero la productividad para las grandes mayorías, por eso la importancia de una agenda de reformas como la que propone el Presidente de la República y está inscrita en el Pacto por México, que permitirá a casos como el de ese agricultor en el Valle de Culiacán o esa tortillería en el Oriente en el Valle de México contar con mejor educación, con mejor competencia e insumos más baratos, con acceso a las telecomunicaciones, con energía más barata y con mayores incentivos para estar en la formalidad.

    La productividad y su democratización es, sin duda, el reto más importante que se enfrenta más allá de la coyuntura económica y su complejidad, y sin duda debe ser un objetivo fundamental del Plan Nacional de Desarrollo que estoy seguro que en este foro y en las mesas de trabajo que tendrán a cabo en este día será enriquecido y tendremos aportaciones muy importantes de todos ustedes y quienes participarán en las mesas de trabajo.

    Agradezco nuevamente su presencia y sean ustedes muy bienvenidos.

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