En México se requiere `cambiar un poco la brújula` en materia agropecuaria, y empezar a trabajar, llevar conocimiento e innovación tecnológica hacia el sur, para hacer de esa región un importante jugador en la productividad agrícola nacional y atender la demanda de alimentos a futuro por el potencial crecimiento poblacional.
México, 2 Nov. (Notimex).- El director General del Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA), Víctor Villalobos, aseveró lo anterior, y subrayó que es indispensable aprovechar las ventajas que en materia de clima y agua se tienen, por ejemplo, en los estados de Tabasco, Veracruz y el sur de Puebla, entre otros.
En entrevista con Notimex, el especialista se pronunció por impulsar una política del trópico mexicano o de las zonas semitropicales, con innovaciones tecnológicas que existen en otras regiones y que se han desarrollado en entidades como Campeche o Yucatán.
"Tenemos que desarrollar un tipo de innovación tecnológica para una agricultura diferente, no esta agricultura extensiva, mecanizada, sino una agricultura de laderas, que sin duda implica otra serie de retos, pero que existe en el sur del país", expresó.
Sostuvo que en esa zona del país "tenemos tierras, tenemos agua, tenemos gente, de modo que tendríamos que tener una política de desarrollo del trópico mexicano o de las zonas semitropicales".
En la representación de IICA en la Ciudad de México, porque su sede se encuentra en Costa Rica, luego de haber sido reelecto, por aclamación, para un segundo periodo de cuatro años, el cual inicia en enero de 2014, Víctor Villalobos analizó la situación de la agricultura en el país y los esfuerzos que se deben hacer para adecuarla a las innovaciones tecnológicas.
"México tiene que reconsiderar un poco todo su esfuerzo que ha venido haciendo en función de la innovación tecnológica, y casi-casi voltear la brújula 180 grados y poner la mira en una agricultura, en el futuro, hacia el sur del país", insistió.
Hizo notar que durante la segunda mitad del siglo pasado, el país dedicó mucho esfuerzo y dinero a una agricultura de clima templado que permitió tener altos rendimientos en el norte del país, atendió una demanda y posicionó a México en una ubicación importante desde el punto de vista del desarrollo agrícola.
Apuntó que el sector se desarrolló así en la zona de El Bajío, en Sinaloa, Sonora y otras entidades del norte, pero ahora se tiene que reconsiderar en virtud de la escasez del agua.
"Tenemos que considerar que nuestro país seguirá creciendo, seguirá teniendo demanda, seguirá teniendo su espacio en el mercado, y para eso necesitamos tierra y agua", expresó.
Comentó que en la zona sur del país se ha dado de manera paulatina el acceso a la innovación tecnológica en el sector, y hay verdaderos desarrollos agrícolas y pecuarios que son altamente competitivos, pero lo que se necesita es duplicar o "replicar" esos buenos ejemplos y gradualmente hacer cada vez más extensiva esa política a toda la región.
"Entiendo que la Secretaría de Agricultura trae un programa de desarrollo del trópico mexicano. Entonces habría que ir, pues si, revisando y viendo la expansión de ese tipo de políticas hacia un desarrollo del trópico mexicano", reiteró.
Víctor Villalobos comentó que a nivel mundial, hay una expectativa de crecimiento de la población de casi nueve mil 700 millones de habitantes para el año 2050, para lo cual habrá la necesidad y "la urgencia" de producir los alimentos.
Sostuvo que el continente americano (que es el ámbito de influencia del IICA) deberá asumir una mayor proporción de la responsabilidad de alimentar a la humanidad y garantizar la seguridad alimentaria, porque se tienen las condiciones, lo que se refleja en que de los 10 países que tienen mayor diversidad natural, cinco se encuentran en América, y entre ellos está México.
El Continente Americano es una región, añadió, que tiene todavía capacidad de crecer su frontera agrícola, sin alterar, ni dañar los bosques y las selvas, particularmente en el sur.
Manifestó que en el contexto latinoamericano, México se encuentra en una situación, en la cual debe asumir y tomar decisiones importantes para tener un papel preponderante "en esta ecuación de la producción de alimentos".
Refirió que hay países en Sudamérica, como Brasil, Argentina, Uruguay, Paraguay y Bolivia, que se encuentran "muy orientados" a ser proveedores de materias primas como es la soya, el maíz, el sorgo, el algodón y la caña de azúcar, pero también son reconocidos por sus cárnicos.
El Director General del Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura, quien es el primer mexicano en ocupar ese cargo y ser reelecto, señaló que, por su parte, México es un país que, sin duda, tiene ese potencial y se podría anexar a esa lista "si cumplimos con ciertas características", como desarrollar políticas públicas de largo plazo.
"La agricultura tiene que tener certidumbre, tenemos que tomar en cuenta a los agricultores de todo tipo, pequeños, medianos y grandes, y también es muy importante tomar en cuenta todos estos vaticinios que hay con relación a México y la situación respecto a su impacto en la disponibilidad de agua y los efectos del cambio climático", aseguró.
Consideró, entonces que además de las políticas públicas de largo aliento, se deben tomar en cuenta temas de importancia como la disponibilidad del agua, el apoyo a la investigación e impulsar un fuerte programa de transferencia de tecnología, y así "veremos cambios importantes en la productividad".
Dijo que en el país hay dos tipos de agricultura: la que ha adoptado la tecnología, tiene rendimientos competitivos y son verdaderamente agronegocios; y otra que es prácticamente de subsistencia, de traspatio "y a esa hay que ponerle más atención".
"Esa agricultura, con un poco de esfuerzo, con un acompañamiento tecnológico, definitivamente puede jugar un papel muy importante en un tema que nos preocupa a todos, que es la seguridad alimentaria de los más pobres de este país", remató.