El Auditorio Nacional vibró con RAPHAEL EN CONCIERTO‏

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Por Gina López

Un público de pie y aplaudiendo  fue el que recibió a Raphael la noche de este jueves en el Auditorio Nacional como parte de su gira "Amor & Desamor".

10518143_351164961724993_1209066964_nElegantemente ataviado con un traje negro y camisa del mismo color, ingresó por la derecha del escenario este cantante consentido quien ante la ovación del público se inclinó brevemente en señal de agradecimiento e inmediatamente comenzó a interpretar " Si ha de ser así " para continuar con "Enamorado de la vida".

Aunque Raphael dice "se me va", lo cierto es que al escucharle interpretar con tal entrega esta canción y todas las que obsequió a su público fiel, se dejaron ver a más de uno secándose discretos alguna lágrima de emoción.

Al preguntarle a alguna persona -quien pidió quedar en el anonimato- dijo que escuchar a Raphael es un arte, pues su voz tiene esa sensibilidad de transmitir la canción y llevarla a lo más profundo de tu ser, como con el tema "será mejor".

El intérprete de " Yo soy aquél ", " En carne viva" y "Qué tal te va sin mi", incluyó en su repertorio otros éxitos como " Detenedla ya" y "Toco Madera", todas ellas con su toque especial consiguiendo desde silencio total para admirar la actuación de Raphael, hasta gritos eufóricos.

10724780_667879493319970_1787120568_nCuando, dentro de la canción " Yo sigo siendo aquél ", Raphael dijo " yo sigo siendo el mismo" los asistentes se pusieron de pie y comenzaron a gritar su nombre al tiempo que juntaban sus palmas.

Raphael es un artista tan querido por los mexicanos. Lo pudimos comprobar, pues no solo fue recibido de pie, sino durante todas sus canciones, al terminarlas la gente se ponía de pie y le aplaudía por varios segundos. Por ello, y sin el afán de demeritar a todos los cantantes que han pisado el Coloso de Reforma, me permito afirmar que es UNICO, he presenciado muchos conciertos en este año y en todos se aprecia la misma respuesta que incluye gritos y aplausos, pero no han visto mis ojos, ni escuchado mis oídos, esa ovación de pie en cada interpretación ni el silencio guardado acompañado de embelesamiento por el que canta. 
 

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