
Paz, esperanza y renovación espiritual es lo que esperan los católicos del Papa Francisco en su visita a Ecuador, la cual inicia este domingo como parte de su primer viaje a América Latina, que incluye Bolivia y Paraguay.
México, 4 Jul (Notimex).- En la Plaza de la Independencia, uno de los lugares que visitará el líder de la Iglesia católica, se concentran los jubilados sentados en bancas, los niños indígenas que se ganan la vida de lustrabotas y los oficinistas, entre policías que hacen rondas para garantizar la seguridad en los espacios públicos.
“Yo soy jubilado, creyente de la fe católica, y creo que la visita del San Padre debe servir para que podamos fortalecer la red cristiana en nuestro país”, fueron las palabras de Eduardo Hurtado, quien frecuenta la plaza símbolo del poder en Ecuador, porque en sus alrededores están el Palacio de Gobierno, la Catedral Metropolitana, el poder legislativo y judicial.
Hurtado tomó el periódico en el que aparece la imagen del líder religioso con su rostro sonriente, lo miró y dijo: “Él es nuestro jefe y nuestra guía. Espero que nos traiga paz”.
En otro lugar de la Plaza de la Independencia se ven grupos de niños indígenas que, con su cajita de madera, buscan convencer a los visitantes al lugar para que se lustren sus zapatos.
Ellos también opinaron de la visita del Papa Francisco y uno de ellos, con su rostro sonriente, dijo: “Yo quiero que le ayude con una casita a mi mamá”.
Un agente de la Policía Metropolitana recordó por su parte que hace 30 años a Ecuador tuvo el “honor de visitarnos el Papa Juan Pablo II. Yo era muy joven. Que el Papa Francisco nos traiga paz, que no haya tantas agresiones entre nosotros”.
En la entrada al Palacio de Carondelet estaban dos monjas de la comunidad de las Carmelitas, que iban apresuradas a una cita en la Catedral Metropolitana, para ayudar en los trabajos de preparación para recibir en la noche del martes al Papa Francisco.
“La visita del Papa Francisco nos va servir mucho para la renovación de la fe, en la esperanza que no debemos perder para enfrentar todos nuestros problemas”, señaló la monja Marcia de Jesús.
Mientras caminaba rumbo a la Catedral Metropolitana, Marcia de Jesús subrayó: “Como hermanos tenemos que saber convivir y solucionar todos los desafíos que tenemos, juntos y con fe”.
La hermana Cecilia Magdalena de Jesús, que se negaba a conversar, decidió opinar y dijo: “el Papa Francisco nos va ayudar a valorar el medio ambiente y nos va a animar para que los jóvenes participen más de las actividades de la iglesia”.
En otro lugar de la Plaza de la Independencia, dos mujeres (madre e hija) conversaban y miraban la imponente Catedral Primada, por su tono de voz, y la forma de vestir, se notaba que eran extranjeras. Llegaron a Quito para intentar ver de cerca al Papa Francisco.
Ellas se sumarán a los dos millones de personas que se calcula estarán en las calles de Quito, buscando la forma de llegar al parque Bicentenario, que es el lugar de la misa la mañana del martes. Madre e hija son de nacionalidad venezolana.
“Queremos que nos traiga paz en Venezuela, que nos ayude a terminar con el odio, que nos ayude a salir adelante. Necesitamos paz y armonía entre todos los venezolanos”, dijo María del Pilar Rojas.
La presencia de turistas aumenta en esta plaza y sus alrededores, pues la presencia del pontífice incrementó la visita de miles de extranjeros, que quieren ver de cerca al máximo jerarca de la Iglesia católica.
















