Gustavo y Arturo, los mexicanos que llegaron en bicicleta a Canadá

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    Toronto, 12 Nov (Notimex).- Fue una gran aventura “que cambió nuestras vidas”, así resumió el mexicano Gustavo Martínez, de 81 años, el viaje que realizó en bicicleta, junto a su hermano Arturo, desde Pachuca, México, a Toronto, Canadá, hace 59 años.

    Los dos mexicanos, entonces de 22 y 25 años de edad, salieron de Pachuca, Hidalgo, el 12 de mayo de 1956 con 100 dólares y un cambio de ropa. Uno portaba una cámara fotográfica prestada para registrar el histórico viaje, el otro hablaba un poco de inglés.

    Su travesía duró 82 días en los que fueron recibidos calurosamente en ciudades como Monterrey, Nuevo Laredo, Texas, Chicago, Detroit, por donde pasaban, ahí les ofrecieron comida, “techo” y ánimo para seguir pedaleando sus bicicletas.

    “La idea nos vino de un francés que tenía una fábrica en Pachuca y hablaba de realizar un viaje a Québec. Nunca se realizó, pero nos plantó la idea”, narró Gustavo en entrevista con Notimex.

    “Eramos dos jóvenes ignorantes porque no sabíamos lo difícil que era hacer un viaje de esa magnitud en esos años, pero con el optimismo de la juventud decidimos hacerlo”, agregó.

    Para estos dos jóvenes ciclistas, Estados Unidos no era el país de sus sueños, sino Canadá, una nación que vislumbraban como “maravillosa por sus hermosos paisajes y su vida tranquila”.

    ciclo_still1“Cuando cruzamos Estados Unidos nos sentíamos inquietos, pero al recorrer las avenidas canadienses sentimos una gran identificación con el país, como que estábamos en una segunda casa”, contó Gustavo, mientras pedalea una bicicleta estacionaria en su casa.

    Explicó que no tenían la menor intención de quedarse en Canadá, pero al llegar “conocimos gente que nos invitó a quedarnos unos días más, alguien nos llevó a que nos dieran una visa de residentes y fue así como nos fuimos quedando”.

    Los hermanos Gustavo y Arturo echaron raíces en tierra canadiense, donde estudiaron, se casaron y dieron luz a una generación de artistas mexicano-canadienses, como la cantante Amanda Martínez, la cineasta Andrea Martínez McNaught y la artista plástica Ilyana Martínez.

    El hermano mayor, Arturo, falleció en 2013, pero dejó como legado un registro fotográfico de la travesía, que se expuso bajo el título “Sueños, fronteras y bicicletas”, en el Winter Garden de Toronto en abril de 2014.

    Gustavo se refiere a su hermano como “mi socio en aventura”, y recuerda que le gustaba mucho la fotografía, “siempre andaba cargando su equipo”.

    “Mi hermano tuvo una vida muy útil, no desperdició ni un segundo”, agrega Gustavo deteniendo y mirando una fotografía de su hermano.

    La experiencia migratoria de estos dos mexicanos fue recreada por la cineasta Andrea Martínez en su documental “Ciclo”, realizado en 2009, donde los viajeros regresan a la ruta que hicieron hace más de 50 años.

    Cuando la cineasta, quien radica en la ciudad de México, presentó su documental en el Festival Alucine de Toronto en 2014, destacó la aportación que su familia ha hecho a Canadá, con producción fílmica y artística en los dos idiomas y representando las dos culturas.

    La historia no termina. Este documental y la aventura fueron fuente de inspiración para el canadiense John Murtaugh, de 70 años, quien el pasado 15 de septiembre partió de Toronto en bicicleta rumbo a San Miguel de Allende, Guanajuato.

    Además de honrar a los hermanos mexicanos con su viaje de cuatro mil kilómetros, Murtaugh tiene como misión recaudar 25 mil dólares para la asociación caritativa “Amistad Canadá” (creada en 2009) que desarrolla proyectos sociales en San Miguel de Allende.

    “Me da mucho gusto que nuestra aventura, registrada en el documental ‘Ciclo', haya servido de inspiración al canadiense John para ir ahora a México en bicicleta”, dijo Gustavo.

    2010“Sé que le está yendo bien, la última vez que chequé había recaudado como 21 mil dólares”, añadió el mexicano, quien vestía una sudadera con la leyenda: “Amistad Canadá”, similar a la que portaba el canadiense en su viaje.

    Con dos nacionalidades, una bicicleta estacionaria en el sótano de su casa, dos hijas profesionistas y junto a Hilary, su esposa, Gustavo, hombre sencillo y sonriente, se sienta en el sofá y reflexiona.

    “Llegué de 22 años, tengo 81, he tenido mis altas y mis bajas (fue infectado por el virus del Nilo), pero siento gran gratitud hacia Canadá, un gigante benevolente que ha abierto las puertas a gente de todo el mundo”, dijo.

    “Aunque sigo teniendo mis raíces en México, me siento más en casa en Canadá, porque aquí he vivido 59 años de mi vida”, añadió.

    Gustavo Martínez recibió el premio Ohtli en diciembre de 2014, que otorga la Secretaría de Relaciones Exteriores de México a los connacionales con destacada trayectoria en el exterior.

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