
“Estoy cansado de la narrativa en la que somos una sorpresa. Realmente somos un muy buen equipo y estamos aquí para hacer ruido, tenemos muy buenos jugadores y entrenadores”. Con esas palabras, el joven quarterback de los Cincinnati Bengals, Joe Burrow, asumió su papel de referente de la NFL y pidió tomar a su escuadra como un serio contendiente al título. Y lo han logrado.
En una voltereta histórica, los Bengals lograron derrotar 27-24 a los Kansas City Chiefs y se convirtieron en el primer invitado al Super Bowl LVI, que se disputará el próximo 13 de febrero en el SoFi Stadium de Los Ángeles. El conjunto de Cincinnati tuvo una reacción legendaria en la segunda parte del encuentro y dejaron en silencio a la afición local y al propio Patrick Mahomes.
Corrían apenas los primeros 15 minutos del partido y los Chiefs ya habían aprovechado sus tres primeras posesiones para marcar touchdown en cada una de ellas, mientras que los Bengals apenas se habían hecho presentes con un gol de campo. El Arrowhead Stadium de Kansas era una olla en ebullición por la fiebre roja de ver a su equipo ganar 21-3 apenas en el inicio del segundo cuarto.
“Nos visualizamos en el Super Bowl y además ganando”, le dijo un confiado Andy Reid, head coach de los Chiefs, a una reportera de TUDN en la transmisión en vivo durante el medio tiempo, para el cual Cincinnati había logrado acercarse en el marcador con un 21-10. Sin embargo, ya había un mal augurio para Kansas, pues en la última jugada del segundo cuarto dejaron la posibilidad de un gol de campo de tres puntos para intentar un touchdown y terminaron perdiendo la jugada y por supuesto la opción de sumar más puntos.
Aunque Mahomes, Tyrek Hill, Travice Kelce y compañía habían sido unos auténticos demonios para la defensa de Bengals durante la primera mitad, las cosas cambiaron radicalmente cuando ambas escuadras regresaron al emparrillado. Eran 11 puntos de diferencia y los felinos de naranja y negro sabían que existía la posibilidad de remontar.
La confianza empezó a recaer en los defensivos de Cincinnati y, por el contrario, Mahomes comenzó a flaquear. El quarterback mejor pagado de la NFL fue capturado en tres ocasiones e incluso sufrió su primera intercepción de pase en su trayectoria en Finales de Conferencia. Después de esos tres pases de touchdown en la primera mitad, Mahomes era asediado y no veía por dónde encontrar espacios.
Todo lo contrario ocurrió con Joe Burrow, quien empezó a conectar con sus fieles secuaces, Ja’Marr Chase, Tee Higgins y Joe Mixon. Burrow terminaría el partido con 23 pases completos, dos de ellos de touchdown, y 250 yardas.
Con un gol de campo de otra de las jóvenes estrellas de los Bengals, el pateador Evan McPherson, el marcador se puso por primera vez al frente para ellos por 24-21 en la última parte del cuarto cuarto. La defensa había mostrado su solidez y no dejó sumar más puntos a Mahomes y compañía, dejando momentáneamente en silencio a la afición de Arrowhead.
Un gol de campo de Harrison Butker regresó a los Chiefs a la pelea (24-24) tras la decepcionante actuación de su quarterback. Esto obligó a que se jugaran, por tercera vez en la historia de las Finales de la Conferencia Americana, los tiempos extras.
El preludio era favorecedor para Chiefs, pues apenas el fin de semana pasado derrotaron a Buffalo Bills en la Ronda Divisional en esta misma instancia y luego de un regreso intempestivo en 13 segundos de tiempo regular. Además, Kansas City volvió a ganar el volado para tener la primera posición en los tiempos extras.
Sin embargo, Mahomes volvió a desaprovechar y apenas en la segunda oportunidad cedió el balón al defensivo Vonn Bell. El resultado: posesión para Bengals, que avanzaron hasta la yarda 32 para cederle el honor del triunfo a su pateador, McPherson, quien no desaprovechó como lo ha hecho en los encuentros anteriores, ya que suma 12 goles de campo en el mismo número de tiros.
McPherson, Burrow, Taylor y toda la flota de Bengals salió corriendo a abrazarse al término del partido gracias a ese gol de campo, repitiendo la forma en la que ganaron a los Titans en la Ronda Divisonal una semana antes.
Cincinnati jugará el tercer Super Bowl de su historia tras haber perdido las ediciones de 1981 y 1988, ambas contra los 49ers. Buscan así su primer título de la NFL para una franquicia con 54 años de vida. En el caso de Joe Burrow, busca convertirse apenas en el cuarto quarterback en ser campeón del Super Tazón y de nivel colegial, después de Joe Montana (Notre Dame y 49ers), Bernie Kosar (Miami y Cowboys) y Tom Brady (Michigan y Patriots). Burrow ya fue ganador con la Estatal de Louisiana en 2019.
















