OTRA VISIÓN
Por Jorge Fernández
En un país donde la política y la economía parecen a menudo estar en constante conflicto, México se encuentra en un momento crucial, un punto de inflexión que podría definir su futuro durante décadas.
Con la transición hacia el liderazgo de Claudia Sheinbaum, la esperanza de un gobierno que fortalezca a la nación se manifiesta con mayor intensidad. Sheinbaum, una figura clave del movimiento de la Cuarta Transformación, promete no solo continuar con los proyectos emblemáticos de la actual administración, sino llevarlos a nuevas alturas, cimentando un legado de justicia y progreso.
La reforma judicial, que ha suscitado amplias protestas en todo el país, no es más que una pieza en el rompecabezas del futuro que Sheinbaum está comenzando a armar.
Si bien muchos temen que la elección popular de jueces pueda politizar el sistema judicial, Sheinbaum ha reiterado su compromiso con un sistema que sea justo, eficiente y verdaderamente independiente.
La visión de un México donde la ley sea un reflejo de la voluntad del pueblo, pero también un garante de la justicia imparcial, es un ideal que ella parece decidida a perseguir.
En el ámbito económico, el estado de Nuevo León se convierte en un faro de esperanza, con inversiones multimillonarias de empresas como Volvo y Foxconn, que planean establecer grandes plantas industriales en la región.
Este flujo de capital extranjero no solo es un voto de confianza en la estabilidad económica de México, sino también una señal de que el país está preparado para convertirse en un líder en la industria manufacturera global. Con la creación de miles de empleos, estas inversiones prometen transformar a Monterrey y sus alrededores en un epicentro de innovación y desarrollo tecnológico.
Sin embargo, no todo es avance sin obstáculos. La reciente propuesta para consolidar las instituciones autónomas bajo control del gobierno ha generado controversia, con muchos argumentando que esto podría debilitar la democracia mexicana. Aun así, Sheinbaum ha insistido en que su administración buscará un equilibrio entre la eficiencia gubernamental y la independencia institucional, asegurando que cualquier reforma se hará con el más profundo respeto a la democracia.
En la esfera internacional, México enfrenta desafíos no menores. Las tensiones diplomáticas con Estados Unidos, exacerbadas por los comentarios críticos de su embajador sobre las reformas judiciales, han puesto de relieve la delicadeza de la relación bilateral.
Sin embargo, Sheinbaum ha adoptado una postura firme, dejando claro que si bien la colaboración es crucial, la soberanía de México no está en discusión. Este enfoque promete redefinir el diálogo entre las dos naciones, estableciendo un nuevo estándar de respeto mutuo y cooperación.
El Tren Maya, símbolo del desarrollo del sur del país, continúa su marcha a pesar de las dificultades. Este proyecto no solo tiene el potencial de revitalizar económicamente a una región históricamente marginada, sino que también representa el compromiso del nuevo gobierno con un desarrollo más equitativo y sustentable.
Bajo la supervisión de Sheinbaum, se espera que esta obra monumental no solo se complete, sino que lo haga superando las expectativas iniciales.
México se encuentra en una encrucijada, y las decisiones que se tomen en los próximos meses definirán su destino.
Con Claudia Sheinbaum al mando, la esperanza es que el país no solo supere sus desafíos, sino que los convierta en oportunidades para un futuro más brillante y justo para todos los mexicanos.
MÉXICO VIVE!!!
VIVA MÉXICO!!!
Una visión romántica que para cualquier ciudadano sería el sueño dorado, desgraciadamente creo que esto es como el juego de “serpientes y escaleras”; la historia nos está colocando en una situación dónde le estamos entregando a la presidencia de la república todo el control confiando en la buena intención de una persona.
Yo no conozco personalmente a la Dra. Sheinmbaum como para emitir una critica objetiva de su comportamiento sobre su calidad ética y moral; sin embargo, lo poco que puedo apreciar es que será la continuidad de lo que hemos visto los últimos casi seis años. No creo conveniente y para nada inteligente entregar el control de los órganos autónomos de transparencia y mucho menos pensar de manera ilusa que la reforma judicial resolverá el problema de la impartición de justicia.
El diagnóstico parte desde una premisa errónea al clasificar a los juzgadores “federales”, como corruptos, abusando del desconocimiento, la desinformación y la apatía de un pueblo que está a favor de esta reforma sin conocer como funciona el poder judicial federal, las implicaciones la aprobación de la reforma y confundiéndonos con las actividades de la policía y las fiscalías, que por cierto dependen del poder ejecutivo.
No puedo meter la mano al fuego por los más de mil quinientos juzgadores con que cuenta el Poder Judicial Federal, pero algo que me queda claro al conocer el sistema de designación, es que en su mayoría llegan a esas posiciones los que están mejor preparados, sin la intervención de grupos de poder político o económico, con excepción de los Ministros de la Corte.
Yo personalmente he aspirado a ser juzgador y después de someterme a los exámenes y evaluaciones y aún con más de 20 años de experiencia en mi ramo, no fui favorecido para llegar la posición de Juez de Distrito; después de ese ejercicio y en una auto reflexión responsable, sé que debo seguir estudiando, tomando experiencia y preparándome porque no es un juego ser juzgador.
Es un puesto de alta responsabilidad con la justicia y el pueblo de México que es a quien nos debemos, porque de ese juzgador dependerá el futuro de una persona o de su familia, de una empresa e incluso de toda una comunidad.
No tengo una esfera de cristal para saber que consecuencias tendrá la sobre representación, la pérdida de los órganos autónomos de transparencia, el nuevo sistema de selección de Jueces, Magistrados y Ministros del Poder Judicial Federal, pero si comparamos los resultados de otros países en que eso ha sucedido y si revisamos la historia de nuestro país, quizá sea muy probable que en este juego de “serpientes y escaleras” nos toque bajar a través de la serpiente para regresar varias décadas atrás en la historia de México.
Bien se dice que el que no aprende repite y no seré yo quien juzgue los resultados de esto que pinta para dictadura, será la historia quien dejará su sentencia al pasar del tiempo pero en ello estaremos dejando el destino no solo nuestro, sino el de nuestros hijos y de las próximas generaciones.
Deseo que el destino de nuestro país se cimiente en la inteligencia y la razón, en la buena voluntad pero sobre todo en las acciones indispensables de quienes ahora tendrán la responsabilidad de conducirlo, sin dejar de escuchar y atendiendo a las voces de quienes pueden aportar o de quienes sufren una realidad que no puede esconderse bajo la alfombra.
Mientras tanto, aún a sabiendas de que quizá mis palabras resuenen en el cuarto del silencio, no me atreveré a que mi hijo y mi familia sean testigos de esta etapa de la historia sin que mi voz resuene sin cobardía en cada espacio en donde deba protestar para decirle a quienes pretender someter el equilibrio de poderes que “reforma judicial sí, pero no así”.
Saludos fraternos desde la resistencia.