WASHINGTON.– El senador republicano Marco Rubio se convirtió ayer en el jefe de la diplomacia estadunidense luego del voto unánime del Senado, horas después de la investidura del presidente Donald Trump.
Rubio, de 53 años de edad, es el primer miembro de la nueva administración de Trump en obtener la confirmación y será el sucesor de Antony Blinken.
Estamos complacidos de haber trabajado de modo bipartidista para asegurar que uno de los nuestros, el senador Marco Rubio, pueda posicionarse para tomar el timón del departamento de Estado”, dijeron en un comunicado conjunto poco antes de la votación plenaria, el republicano Jim Risch, presidente de la Comisión de Asuntos Exteriores, y la demócrata Jeanne Shaheen.
Marco Rubio tendrá de inmediato la misión de ejecutar la diplomacia de Trump, quien en su discurso de investidura renovó las amenazas de tomar el control sobre el canal de Panamá al tiempo que prometió ser un “pacificador”.
En su audiencia de confirmación en el Senado la semana pasada, Rubio manifestó que China era “el adversario más poderoso y el más peligroso” que haya enfrentado Estados Unidos.
También dijo que quería poner en marcha el lema de Trump “Estados Unidos primero”, a contramano del paradigma central en la diplomacia de la administración de Joe Biden, que daba prioridad a un orden mundial fundado en normas internacionales.
Agregó que el fin de la guerra en Ucrania debe ser una prioridad para la administración estadunidense, por lo pidió tanto a ese país como Rusia que hagan “concesiones” para lograr la paz.
Rubio, nacido en Miami en el seno de una familia inmigrante cubana de clase trabajadora, es conocido por su posición de línea dura frente a China y de cara a países de corte autoritario en Latinoamérica.
En ese sentido, ha impulsado medidas duras contra Cuba, de gobierno comunista, y sus aliados, especialmente la gestión venezolana de Nicolás Maduro.
Marco Rubio es el primer hispano y el primer funcionario al frente de la cartera de Estado con un español totalmente fluido.
El influyente senador, acostumbrado a apariciones televisivas, había sido considerado como una estrella en ascenso en el partido republicano y compitió contra Donald Trump en las primarias a la nominación presidencial de 2016.
Y estuvo en las quinielas como posible compañero de fórmula de Trump.
Fuente:
L. Moscoso