El gobernador de California, Gavin Newsom, podría encabezar nuevamente lo que en el primer periodo de gobierno del presidente Donald Trump se conoció como la resistencia, una campaña en las cortes para frenar el creciente poder del mandatario y sus órdenes ejecutivas.
Como ejemplo, en lo que se perfila como un duelo entre el gobernador Newsom, que dirige el estado más poblado, rico y de mayor tendencia demócrata, el uso del presidente Trump de militares para controlar manifestantes puede dirigirse a resolución a la Suprema Corte de Estados Unidos.
La percepción de las circunstancias entre ambos es diametralmente opuesta. Newsom llamó al despliegue de tropas estatales y de marines en Los Ángeles un atentado de “autoritarismo”, y el presidente ha dicho que, sin el recurso de los militares, el centro de Los Ángeles habría colapsado incendiado.
“Lo que estamos presenciando no es aplicación de la ley, es autoritarismo”, declaró el gobernador Newsom al demandar a la administración Trump por el uso de militares para controlar asuntos civiles.
La demanda falló a favor de California y apenas unas horas después un panel de tres jueces de la corte de apelaciones en San Francisco permitió que el presidente usara temporalmente las tropas.
Aunque los militares continúan en el área de Los Ángeles, Newsom ganó el respaldo de 22 gobernadores, y ha motivado a continuar protestas pacíficas.
“La institución de gobierno más importante en una democracia no es Presidente o Gobernador, son sus ciudadanos”, declaró.
Es un estilo que ha definido a Newsom al confrontar medidas del presidente Trump.
Durante el primer mandato del republicano, el gobierno de Newsom presentó 110 demandas contra políticas y decisiones del mandatario.
El gobernador estatal logró contener muchas acciones que ahora el presidente replica, pero mediante órdenes ejecutivas.
Pero California puede encabezar nuevas demandas porque los tribunales son ahora el campo de batalla entre ambas administraciones.
El gobierno de Trump enfrentaba hasta hace una semana 214 demandas en cortes federales en sólo 143 días. En 91 de esas demandas, las cortes han bloqueado o dejado sin efecto las decisiones del presidente; en 57 casos los tribunales han fallado en favor del republicano y su administración, y hay 73 demandas pendientes todavía.
Desde el mismo día en que el presidente Trump asumió su segundo mandato, el 20 de enero, el gobierno de California se blindó con fondos por 25 millones de dólares para gastos legales que pudieran presentarse cuando el mandatario comenzara a girar sus órdenes.
Pero el uso de tropas para controlar civiles es hasta ahora el mayor reto para ambas administraciones.
El único antecedente de movilización de tropas estatales fue en 1965 para garantizar derechos civiles.
Sin embargo, el presidente Trump hizo lo que nunca había ocurrido: movilizar marines para controlar protestas civiles. Una ley de hace unos 200 años, el Acta Posse Comitatus, prohíbe a las fuerzas armadas asumir funciones de autoridades locales, que es precisamente lo que las tropas hicieron en Los Ángeles.
Newsom considera que el despliegue en Los Ángeles es un “ataque a la democracia”, mientras que la administración Trump sostiene que los soldados protegen a los agentes que hacen detenciones y deportaciones ante “una insurrección violenta”.
Los puntos de vista de ambos no pueden ser más distantes.
Newsom saltó a la política al ganar la alcaldía de San Francisco en las elecciones del 2003. Meses después, el registro civil de su ayuntamiento se convirtió en el primero en el país en casar y proporcionar certificados de matrimonio a personas del mismo sexo. La defensa legal de esa decisión la llevó quien era su fiscal de distrito, Kamala Harris.
