Por Armando Córdova
En un país en guerra, había un rey que causaba espanto:
A sus prisioneros, no los mataba…
A sus prisioneros, no los mataba…
Los llevaba a una sala donde había un grupo de arqueros de un lado y una inmensa puerta de hierro del otro,
sobre la cual se veían grabadas figuras de calaveras cubiertas de sangre…
… Allí les hacía formar un círculo y les decía:
Ustedes pueden elegir entre morir a flechazos por mis arqueros o pasar por aquella puerta…
Y todos elegían ser muertos por los arqueros…
Al terminar la guerra un soldado se dirigió al soberano:
Señor, ¿puedo hacerle una pregunta? – Dime, soldado.
¿Qué había detrás de la puerta?
-¡¡Ve y mira tú mismo!!

















