México, 22 Sep (Notimex).- El arte es un catalizador de sentimientos y emociones en momentos difíciles, asegura la maestra y narradora oral, Rosario Gutiérrez Pérez, quien ofrece su tiempo en el Jardín Pushkin de la colonia Roma, para distraer y divertir a los niños de familias damnificadas por el temblor del martes pasado.
En entrevista, dijo que la mejor forma de abordar un tema de caos entre los niños, es contar cuentos: "Les leí un cuento y luego les enseñé a realizar una figura en papel, necesitamos ponerlos a pensar en algo positivo en estas carpas improvisadas para vivir, mientras pasa la contingencia de supervisión de estructuras en esta colonia", detalló.
La narradora oral, quien vive en Santa Catarina, Coyoacan, destacó que un amigo del grupo de los narradores la invitó a ser "catalizadora" de las emociones de los niños y niñas que experimentaron el temblor y las consecuencias como el abandonar sus hogares: "Estoy desde temprano conviviendo con los pequeños y me llena de satisfacciones".
En momentos críticos, la edad no importa, si de ayudar se trata, como dice la señora Elia Zárate de 73 años de edad, que presta ayuda al albergue improvisado cocinando y lavando trastes en el Jardín Pushkin: "Estoy lavando los trastes, porque ayer nos llegó un aguacero y ya no pudimos hacer nada, y se necesitan para la comida de hoy y que por cierto la comida hoy la darán dos restaurantes de la zona".
Doña Elia Zárate indicó que ella nació en la colonia Roma, por lo que no abandonará el área: "Vivo en la calle de Chihuahua, pero el peritaje de estructuras nos invitó a no habitar el lugar hasta no estar seguros de sus condiciones", explicó.
Subrayó que se mezcla con cientos de jóvenes que van y vienen con víveres, llenos de tierra por estar ayudando a retirar los escombros y algunos más que ofrecen sus conocimientos para dar clases y distraer a los niños y niñas en el Jardín Pushkin, que ha servido como albergue improvisado, mientras se normaliza la vida en la colonia Roma.
