Alejandra Espinoza relata el susto de salud que vivió recientemente

Narró lo sucedido en el pódcast del Dr. Juan Rivera.

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Alejandra Espinoza vive una de las etapas más plenas de su vida. “Poca gente tiene la gran bendición de llegar a los 36 años, puede uno pensar que sí que muchos, pero no todos tienen la bendición de llegar con la salud que tengo a los 36 años, con la felicidad que tengo a los 36, con todas las metas cumplidas a los 36 años. Me siento una persona muy plena. Si tú me preguntas a mí qué me falta por cumplir, realmente yo a esta edad he cumplido lo que me he propuesto, todas mis metas las he cumplido, ya todo lo que viene es como extra”, dijo en el pódcast del Dr. Juan.

Habló con el doctor sobre su familia, sus planes futuros y su salud. Durante la charla, Espinoza narró la difícil situación de salud que vivió recientemente y que la llevó a vivir días de incertidumbre mientras esperaba el resultado de la biopsia.

“Ahora mismo acabo de pasar por una situación que me asustó muchísimo”, reconoció.

“Hace poquito fui al médico para hacerme unos laboratorios, me hago los laboratorios y todo estaba perfecto excepto el calcio, que estaba muy alto. El doctor se asustó y me dice ‘puede ser que te hayas tomado a lo mejor algunas pastillas que tengan calcio, cualquier cosa’, me dijo. Me hacen los exámenes de calcio de nuevo y vuelve y sale elevado. Me manda con un endocrinólogo. Cuando voy con el endocrinólogo el doctor pensaba que podía tener algún problema de tiroides […]. Llega el punto donde me empieza a tocar el cuello, cuando ya me toca el cuello ya yo siento como no una tensión pero como que encontró algo. Me dice ‘¿te han dicho que tienes nódulos en la tiroides?’. Y le dije yo ‘no’. Entonces me dice ‘es que puedo sentir algo, mira voy a ir por el ultrasonido para hacerte un ultrasonido. Es muy normal para las mujeres tener nódulos en la tiroides porque es una cuestión hormonal, entonces nada más para ver cómo están'”, comenzó contando Espinoza. “Cuando empieza a revisar resulta que tenía 4 nódulos. Me dice ‘te acabo de tomar imágenes, te las voy a mostrar ahorita’, entonces me empieza a mostrar ‘mira esta no me preocupa, esta no me preocupa, esta tampoco, esta imagen me preocupa porque si te puedes dar cuenta es muy grande y la forma es irregular. Entonces me dice ‘te tengo que hacer una biopsia’. Las enfermeras justo cuando yo llegué a mi cita acababan de salir a comer y entonces él me dice ‘las enfermeras se acaban de ir a comer, me gustaría que te quedaras, va a tomar como una hora, hora y media’. Cuando él me dice eso [ahí me cae la importancia de lo que es]. En lo que esperamos él me empezó a hablar sin afán de asustarme porque sus palabras siempre eran como ‘no quiero que te asustes, esto es simplemente para que tú sepas que este nódulo me preocupa, muchas veces pueden ser nódulos cancerosos’. Me habló de la mortalidad del cáncer de tiroides, que se podría decir que dentro de los tipos de cáncer es el menos agresivo, es el que menos mortalidad tiene, pero igual la palabra cáncer te cae como puñalada en el estómago y la urgencia con la que él estaba manejando todo…”.

No pudo evitar asustarse al pensar que podría tener cáncer. “Le mandé un mensaje a Aníbal [su esposo] inmediatamente porque para mí la oración tiene poder y aún cuando te puedan dar algún diagnóstico negativo nada está dicho. Seguí platicando con el médico y como él me hablaba yo casi estaba mil por ciento segura de que algo malo iba a ser porque él me hablaba de una forma como preparando el terreno. Yo sentí que cuando él vio las imágenes él vio algo”.

Señaló que nunca le habían hecho una biopsia. “Y me hicieron biopsia de todos los nódulos porque aparentemente todos estaban bastante grandecitos”.

“Eso fue un jueves y me dice ‘el martes vente para acá'”, rememoró.

“El lunes más o menos como a la 1 de la tarde me habla el doctor por teléfono y me dice ‘mira, llegaron tus resultados de la biopsia, no es necesario que vengas, todo está perfectamente bien, los nódulos no son malignos”.

“Piensas en cosas que a lo mejor nunca antes te habían pasado por la mente, que pasaría si… Y después de eso tuvimos una plática Anibal y yo. La plática de qué pasaría si, qué harías, te quedarías aquí, te vas a Miami, te vas a Puerto Rico, te vas a vivir a San Diego, qué pasaría con mi familia, cómo continuarían con una relación con el niño… Es una plática muy incómoda porque nadie quiere morir, queremos vivir hasta los 100 años, pero no tenemos la vida comprada y la verdad es que Dios nos trae aquí a la tierra hasta que él decida”.

Articulo de: Moisés González (People en español)

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