
Se cumplen 10 años de la desaparición de la soprano estadounidense
México, 9 Mar (Notimex).- Con su alegre vulnerabilidad, dramática voz y excepcional belleza, Ana Moffo se ganó el corazón del público que hoy la recuerda a una década de su fallecimiento, ocurrido el 9 de marzo del 2006, como una de las sopranos más famosas de los años 60.
De acuerdo con datos biográficos del portal allmusic.com, Anna Moffo nació el 27 de junio de 1932 en Wayne, Pensilvania. Desde chica comenzó sus estudios en piano, viola y canto, pronto demostró gran talento al ganar en 1954 las audiciones de la Philadelphia Orchestra Young Artists.
Años después, con una beca, se fue a Roma a estudiar ópera y dominar el italiano en la Accademica di Santa Cecilia en Rome, con Luigi Ricci and Mercedes Llopart.
Su vida cambiaría de la noche a la mañana después de debutar en el escenario interpretando a Norina, en “Don Pasquale”, de Gaetano Donizetti (1797-1848), papel que impregnó con su colorido tono de voz que, junto con su delgada figura y bella presencia, atrajeron la atención de la crítica y el público.
La fama internacional le llegó en 1956 cuando la televisión italiana transmitió la ópera “Madame Butterfly”, de Giancomo Puccini (1858-1924), dirigida por Mario Lanfranchi, en la que Anna ocupó el papel principal.
Apareció otras veces en las producciones televisivas de “Lucia di Lammmermoor” y “La fille du régiment”, ambas obras de Donizetti.
Un año después hizo su debut en el Teatro alla Scala de Milán en Falstaff, de Giuseppe Verdi (1813-1901), y se casó con Lanfranchi.
Según recuerda The New York Times, de su primera gran aparición en el MET como Violetta en “La Triaviata”, de Verdi, las críticas americanas fueron positivas pero prudentes. El crítico americano Harold C. Schonberg escribió en aquella ocasión que la soprano “tiene la inteligencia, la habilidad, la voz y la imagen, si desarrolla a la par el temperamento musical no habrá nada que la detenga”.
Efectivamente, se convirtió en la estrella favorita de la casa de ópera neoyorquina, al grado de aparecer alrededor de 200 veces en el escenario con producciones legendarias entre las que destacó como Gild en “Rigoletto”, de Verdi; Adina en “L'Elisir d'Amore” y Liù en “Turandot”, de Puccini, junto a Franco Corelli y Birgit Nilsson.
Algunas de los más sustanciales roles que interpretó fueron Pamina en “La Flauta Mágica”, de Wolfgang Amadeus Mozart (1756-1791), “Debussy's Mélisande” de la operatta "La Périchole” y cuatro papeles principales femeninos en "Les contes d'Hoffmann” de Jacques Offenbach (1818-1890).
En Europa pisó los mejores escenarios y fue mayormente reconocida por la parte que hizo como Violetta y Lucia di Lammermmoor.
En los años 60, estelarizó películas y operas videograbadas, pro también participó en papeles dramáticos como “Una storia d'amore” (1969), justo cuando se decía que su voz había empezado a decaer.
Ana era tan querida y adorada en Italia que fue votada como una de las 10 mujeres más bellas, y de 1960 a 1973 fue la presentadora de un show nacional dedicado a la ópera que llevaba su nombre.
Según el diario español “El País”, hacia la década de los 70, hizo un intento más por reconstruir su técnica vocal al mismo tiempo que hacía apariciones y grabaciones con el sello RCA, sin embargo, su carrera artística en el MET terminó en 1976, tal como comenzó, dando vida a Violetta.
Después de una larga lucha contra el cáncer, Ana Moffo murió de un infarto, en Nueva York, el 10 de marzo del 2006.
















