Visitantes a la Basílica de Guadalupe, en la Ciudad de México (CDMX) ven con buenos ojos, la llegada del nuevo Papa León XIV.
Los fieles que escucharon el repique de las campanas, se mostraron contentos por la noticia recibida y esperan principalmente que el sucesor de Pedro, trabaje por la unidad de la Iglesia.
“Nuestro señor sabe como hace las cosas y ahora sí, esperemos en Dios que dé frutos buenos y sobre todo, que trabaje por la unión de la iglesia y por el bienestar de todos nosotros” dijo Ana Cristina, religiosa y asistente a la Basílica de Guadalupe, con motivo de orar por la elección del Santo Padre.
“Ojalá que sea un buen papá, ojalá que Dios nos mande la bendición de qué sigamos unidos en la iglesia, a pesar de qué ya está un poco decaída, todos estamos con un poco menos de fe, menos amor hacia lo cristiano y esperemos que este papá nos haga otra vez la unión que perdimos” dijo Sandra Angelica Hernández, visitante a la Basílica.
A las 13:30 horas, se ofreció una oración en honor de Robert Prevost, quien este día fue elegido como el papa 267 de la Iglesia católica y primero de los Estados Unidos de América.
Robert Francis Prevost fue elegido este 8 de mayo como el Papa número 267 de la Iglesia católica, adoptando el nombre de León XIV. Con esta elección, se convierte en el primer pontífice originario de Estados Unidos, un hecho histórico que marca una nueva etapa en el Vaticano.
Nacido en Chicago en 1955, Prevost es miembro de la Orden de San Agustín y ha tenido una destacada trayectoria en labores pastorales y académicas, especialmente en América Latina.
Durante más de una década, trabajó como misionero en Perú, donde se ganó el respeto por su cercanía con las comunidades locales y su enfoque en la justicia social. En años recientes, ha ocupado cargos clave dentro de la Curia Romana, incluyendo la dirección del Dicasterio para los Obispos, uno de los organismos más influyentes en la estructura eclesiástica.
La elección de León XIV refleja una clara señal del Colegio Cardenalicio hacia una Iglesia más global, con sensibilidad hacia las realidades del continente americano.
Su perfil combina una sólida formación teológica con una práctica pastoral cercana a los fieles, algo que ha sido valorado especialmente en tiempos donde la Iglesia enfrenta desafíos como la pérdida de credibilidad, la falta de vocaciones y una creciente desconexión con los jóvenes.
Fiel a su estilo sobrio y conciliador, el nuevo Papa ha hecho un primer llamado a la unidad, la paz y la renovación espiritual, lo que ha sido bien recibido por creyentes de todo el mundo.
