Por Iker Ramírez Pavón
Un reciente informe de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) desmiente las teorías infundadas en internet que vinculan las vacunas contra el COVID-19 con problemas cardíacos mortales en los jóvenes, incluyendo el caso del jugador de los Buffalo Bills, Damar Hamlin.
El estudio, que analizó casi 1,300 certificados de defunción de residentes de Oregon de entre 16 y 30 años que murieron por afecciones cardíacas o razones desconocidas entre junio de 2021 y diciembre de 2022, concluyó que no hay pruebas de que las vacunas ARNm de Pfizer o Moderna causen paros cardíacos letales u otros problemas cardíacos mortales en adolescentes y adultos jóvenes.
De las 40 muertes que ocurrieron entre las personas que recibieron una vacuna de ARNm, solo tres ocurrieron dentro de los 100 días posteriores a la vacunación. Dos de estas muertes fueron atribuidas a enfermedades crónicas subyacentes, mientras que la tercera fue registrada como “causa natural indeterminada”. No se encontraron pruebas toxicológicas de sustancias ilícitas en ninguno de los casos.
Aunque no se pudo confirmar ni descartar la vacunación contra el COVID-19 como causa de la tercera muerte, los investigadores destacaron que la mayoría de las personas que murieron por COVID-19 durante el mismo período de tiempo no estaban vacunadas.
El Dr. Leslie Cooper, jefe del departamento de Cardiología de la Clínica Mayo de Rochester, señaló que el análisis del estudio fue exhaustivo y demostró que el riesgo de muerte súbita en adultos jóvenes después de vacunarse es significativamente menor que el riesgo de muerte súbita cardíaca por cualquier otra causa.
Este informe refuerza la seguridad y eficacia de las vacunas contra el COVID-19 y destaca la importancia de la vacunación en la prevención de enfermedades graves y potencialmente mortales.