China devolvió el último golpe arancelario del presidente estadunidense Donald Trump, quien sigue convencido de que su enfrentamiento comercial funciona “realmente bien”, algo de lo que los inversores y consumidores dudan cada vez más.
Los mercados evitan el dólar estadunidense, la deuda y las acciones, en una ola generalizada de desconfianza que suele darse con países emergentes pero no con la primera potencia mundial.
“El presidente ha dejado muy claro que está abierto a un acuerdo con China”, declaró a periodistas la portavoz de la Casa Blanca, Karoline Leavitt. “Es optimista”, añadió.
El multimillonario republicano cree que China quiere negociar, pero las declaraciones del Ministerio de Finanzas chino indican más bien un enquistamiento.
Como con este nivel de aranceles, los productos estadunidenses exportados a China ya no son viables en el mercado”, si Washington continúa aumentando los gravámenes “China lo ignorará”, advirtió.
La incertidumbre presiona el dólar a la baja, y el viernes alcanzó su menor nivel frente al euro en más de tres años.
Los mercados bursátiles europeos han vuelto a números rojos.
En Wall Street la volatilidad está a la orden del día.
Además, los rendimientos de los bonos del gobierno estadunidense a diez años suben, lo cual significa que Estados Unidos debe pagar más para endeudarse. Y la confianza del consumidor en Estados Unidos cayó drásticamente en abril, según un barómetro publicado por la universidad de Michigan.
Es una caída “generalizada y unánime (de confianza) independientemente de la edad, los ingresos, el nivel de educación, el lugar de residencia o la afiliación política”, subrayó la directora de esta encuesta, Joanne Hsu.
La reserva federal estadunidense (Fed) afirma estar “absolutamente preparada” para actuar y estabilizar los mercados de ser necesario.
¿Será suficiente esta inestabilidad para obligar a Donald Trump a ceder?
El miércoles el republicano dio un giro a su ofensiva proteccionista al pausar 90 días parcialmente los recargos arancelarios a decenas de socios comerciales excepto China. Dejó en vigor otras subidas arancelarias y un mínimo universal del 10 por ciento.
Las tarifas aduaneras a China subieron hasta el 145 por ciento, un 125 por ciento además de los aranceles preexistentes del 20 por ciento.
Los europeos, por su parte, siguen atrapados entre dos fuegos: bajo presión para negociar con Estados Unidos y obligados a llegar a acuerdos con China.
Durante una reunión el viernes en Pekín con el presidente del gobierno español, Pedro Sánchez, el presidente chino, Xi Jinping, pidió a la Unión Europea que “se mantenga unida” contra la guerra comercial de Trump.
Sánchez pidió “rectificar” el déficit comercial europeo con China, pero sin “obstaculizar el potencial de crecimiento de las relaciones” con Pekín.
El presidente francés, Emmanuel Macron, advirtió el viernes que la pausa era “frágil” y pidió a los europeos que “sean fuertes”.
La UE ha suspendido las contramedidas previstas y el comisario europeo de Comercio, Maros Sefcovic, viajará a Washington el lunes.
Si las conversaciones con Estados Unidos fracasan, la Comisión Europea podría imponer impuestos a los gigantes tecnológicos estadunidenses, amenazó su presidenta, Ursula von der Leyen.
En esta batalla de las grandes potencias, la ONU ha advertido de las posibles consecuencias para países pobres como Lesoto, Camboya, Laos, Madagascar y Birmania.
Son “los más expuestos” y “los menos equipados para adaptarse”, afirma Pamela Coke-Hamilton, directora ejecutiva del Centro de Comercio Internacional, una entidad conjunta de la ONU y la Organización Mundial del Comercio (OMC).
Jamie Dimon, el influyente director de JP Morgan, reconoció el viernes que la economía se enfrenta a “una turbulencia considerable”.
Trump, de su lado, afirmó en su red Truth Social que su política arancelaria funciona “realmente bien”, pero evitó pronunciarse sobre el anuncio de Pekín de que sube al 125 por ciento sus tarifas aduaneras sobre los productos procedentes de Estados Unidos.
Articulo de: Oswaldo Rojas-https://www.excelsior.com.mx/global/guerra-comercial-eu-china-aranceles/1710241