OTRA VISIÓN
Hoy viernes 12 de septiembre
Por Jorge FernandezH.
Los recientes nombramientos de Claudia Sheinbaum han generado incertidumbre.
Ayer, su anuncio fue interpretado por algunos como una continuidad del gobierno de Andrés Manuel López Obrador, mientras que otros esperan que sea el inicio de una nueva era. La pregunta sigue en el aire: ¿estamos ante la consolidación del poder del presidente saliente o ante un cambio auténtico que refleje la visión de Sheinbaum para México?
Es inevitable percibir esta duda en el ambiente. Los nombramientos de perfiles cercanos a López Obrador sugieren que su influencia podría extenderse más allá de su mandato.
Esto deja a muchos con la sensación de que, aunque se avecina una nueva administración, las bases de la 4T seguirán siendo las que guíen al país.
Sin embargo, hay quienes creen que Sheinbaum tiene la capacidad de tomar un rumbo distinto, de marcar una nueva dirección que responda a las exigencias del presente y futuro de México. Pero aún no es claro si ella logrará desligarse completamente de la sombra de su antecesor.
En paralelo, la reforma judicial que afecta a la Suprema Corte ha polarizado al país. Aunque ya ha pasado tanto por la Cámara de Diputados como por la de Senadores, ahora el debate se traslada a los congresos estatales. La reforma plantea cambios significativos, pero no sin generar controversia.
Hay voces que claman que esto es un intento por centralizar aún más el poder en manos del gobierno federal, comprometiendo la división de poderes que ha sido pilar de nuestra democracia. Si el Ejecutivo tiene injerencia en la Suprema Corte, el balance entre los poderes del Estado queda gravemente afectado.
Las protestas y los debates siguen intensificándose. Los partidos de oposición y sectores de la ciudadanía están alarmados ante lo que consideran un paso hacia la concentración del poder.
El temor de muchos es que la reforma judicial sea el último golpe a la independencia del Poder Judicial, dejando al país en una situación de vulnerabilidad democrática. Y, sin duda, este es un tema que continuará desarrollándose con fuerza en las próximas semanas, definiendo en gran medida el panorama político de los próximos años.
A nivel internacional, ayer destacó la situación en Ucrania, donde el conflicto con Rusia sigue escalando sin señales de un pronto cese. Las negociaciones de paz se ven cada vez más distantes, y la comunidad internacional se encuentra dividida en cuanto a las posibles soluciones.
Mientras tanto, en Latinoamérica, el gobierno de Chile enfrenta una creciente ola de protestas en rechazo a las reformas laborales que se están impulsando, lo que ha provocado enfrentamientos entre la policía y los manifestantes.
En el ámbito económico, el precio del petróleo ha tenido fluctuaciones importantes, lo que ha generado preocupación en varios países exportadores, incluyendo México. La inestabilidad en los precios podría tener un impacto directo en las finanzas nacionales, especialmente si no se implementan medidas para amortiguar los efectos de estos cambios en la economía.
El panorama, tanto nacional como internacional, está lleno de incertidumbres. Estamos ante momentos cruciales en los que las decisiones que se tomen, ya sea en México o en otras partes del mundo, tendrán repercusiones profundas.
En nuestro país, la interrogante sigue siendo si Claudia Sheinbaum marcará un nuevo rumbo o si permaneceremos bajo la influencia de López Obrador.
MÉXICO VIVE!!!
VIVA MÉXICO!!!