Más de quince millones de personas estudian español como lengua extranjera en todo el mundo. Una cifra que el Instituto Cervantes prevé que se duplique en un corto período de tiempo. Aprender español ya no es sólo algo que responda a una curiosidad personal, sino que comienza a ser imprescindible en los negocios.
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+++ En países como EE.UU., saber castellano influye incluso en el salario al que uno puede aspirar en su puesto de trabajo, como demuestra el estudio “El valor económico del español”, del profesor José Luis García Delgado.
+++ Para reconocer el esfuerzo de profesores o centros educativos en su labor de instruir en el idioma de Cervantes, La Fundación Comillas ha decidido establecer a partir de este año el Premio Internacional Comillas a la Excelencia en la Enseñanza del Español, dotado con 15.000 euros.
+++ Argentina y Chile están poniendo en marcha experiencias interesantes, pero México quiere hacer valer su posición como primer país hispanohablante del mundo, con 106 millones de habitantes que se expresan en español, y vecino del segundo, EE.UU., con 47 millones, para convertirse en una gran plataforma de difusión del idioma.
Cientos de instituciones a los dos lados del Atlántico se esfuerzan en atender esa demanda, alimentada por estudiantes de perfiles cada vez más diferentes, de todo tipo de edades e intereses y por los programas que han llevado el español a las escuelas en países como Brasil, Filipinas, Francia o Italia.
Porque aprender español ya no es sólo algo que responda a una curiosidad personal por la cultura y la lengua que comparten 450 millones de hispanohablantes, sino que comienza a ser imprescindible en los negocios y, en países como EE.UU., influye incluso en el salario al que uno puede aspirar en su puesto de trabajo, como demuestra el estudio “El valor económico del español”, del profesor José Luis García Delgado.
IMPULSAR LA CALIDAD, EXCELENCIA E INNOVACIÓN.
La Fundación Comillas, la institución creada por los Gobiernos de España y Cantabria con el apoyo de la Real Academia Española, el Instituto Cervantes y algunas de las empresas más importantes del país, como el Santander, La Caixa o Telefónica, considera que gran parte de la expansión que vive hoy el idioma se debe a la calidad de quienes lo enseñan, de quienes lo han difundido durante años cuando pocos eran todavía conscientes de su potencial.
Para reconocer el esfuerzo de esos profesores o centros educativos que han destacado en su labor de instruir en el idioma de Cervantes a los no hispanohablantes, la Fundación ha decidido instituir a partir de este año el Premio Internacional Comillas a la Excelencia en la Enseñanza del Español.
“Queremos impulsar la calidad, la excelencia, la innovación, reconocer a los profesionales su trayectoria en la enseñanza del español”, asegura el director de la Fundación Comillas, Ignacio Gavira, quien resalta que hasta ahora no existía ningún premio de estas características, aunque cada vez son más los centros preocupados por acreditar la calidad de la enseñanza que imparten.
El premio se instituye para distinguir, cada año, a los mejores profesionales y centros de enseñanza de español del mundo y nace con vocación de ser una referencia en este campo. Para ello, contará en su jurado con dos universidades involucradas en la enseñanza del idioma (la Universidad de Cantabria y la Internacional Menéndez Pelayo, UIMP) y con el Instituto Cervantes.
“Esta es una forma de reconocer el trabajo de miles de profesionales y centenares de centros que llevan décadas trabajando en este campo desde la iniciativa pública y la privada. En gran parte, ellos son los responsables del auge que hoy vive la enseñanza del español”, apunta el director académico del Instituto Cervantes, Francisco Moreno, antes de remarcar que cada vez es más necesario formar buenos profesores de español. “Esta es una tarea colectiva. Si no la afrontamos como tal, no será suficiente, no bastará con que el Instituto Cervantes forme profesores, aunque formemos a cerca de 16.000 al año”.
CADA VEZ MAYOR CALIDAD.
En un mercado tan amplio como el de la enseñanza del español, cada vez prima más la calidad. “Con la explosión que vive ahora la enseñanza del idioma y la multitud de centros que hay, si quieres ser un centro de referencia, o te distingues por la calidad, o no tienes nada que hacer, porque es un mercado muy competitivo”, señala el vicerrector del Campus de Excelencia de la Universidad de Cantabria, Gonzalo Capellán.
En España, se calcula que el idioma aporta el 16 por ciento del producto interior bruto (PIB) del país. Pero no sólo España aspira a difundir el idioma, precisa el director académico del Cervantes, sino que también Argentina y Chile están poniendo en marcha experiencias interesantes y México quiere hacer valer su posición como primer país hispanohablante del mundo, con 106 millones de habitantes que se expresan en español, y vecino del segundo, EE.UU., con 47 millones, para convertirse en una gran plataforma de difusión del idioma.
Ángel Pelayo, vicerrector de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP), institución que nació ligada a la enseñanza de español para extranjeros y que lleva dedicada a esa tarea desde 1933, destaca además que la demanda es cada vez más variada en nacionalidades, edades e intereses. Si hace unos años aprendían español fundamentalmente los amantes de la cultura hispana, apunta, el estudiante de hoy llega al idioma por cuestiones más prácticas.
Eso hace que haya que preparar cursos cada vez más especializados, para adaptarse a perfiles que van, desde ejecutivos de un grupo bancario, hasta jubilados nórdicos, pasando por guías de turismo de Sudáfrica en vísperas del Mundial de fútbol.
Las mejores prácticas en la enseñanza del idioma a todos esos colectivos recibirán a partir de ahora el Premio Internacional Comillas a la Excelencia del Español, dotado con 15.000 euros (20.500 dólares) en la modalidad individual, y una escultura con diploma acreditativo en el apartado abierto a centros.
Como icono del galardón, la Fundación que lo concede ha elegido la Puerta de las Virtudes, la monumental entrada principal al edificio modernista donde tiene su sede: el Seminario Mayor de la Universidad Pontificia de Comillas.
Esa puerta de bronce recibió a los estudiantes de la Universidad Pontificia durante las décadas que funcionó como seminario jesuita. Las figuras que adornan sus dos hojas muestran seis de las siete virtudes del Catecismo y sus vicios antagónicos. Faltan la humildad y la soberbia, porque aquel que quisiera ingresar en la Universidad debía dejar en la puerta el pecado de la soberbia.