Por: Ana Sofía Gutiérrez M.
La política y los jóvenes adultos han sido, por mucho tiempo, dos universos que, como el agua y el aceite, parecen no llevarse bien. Los debates, las propuestas legislativas y los discursos políticos parecen no estar en las preocupaciones diarias de una generación que vive en un mundo digital y lleno de cambios.
Sin embargo, esto estácambiando a un ritmo importante, y figuras como Gerardo Vera, un joven tiktoker que ha ganado popularidad hablando de política de una manera más digerible para esta generación.
Mi punto de vista sobre esta transformación es claro: la política necesita adaptarse a los canales que los jóvenes están utilizando, y eso incluye plataformas como TikTok, que de alguna u otra manera, algunos políticos han optado por navegar por este ámbito.
Por mucho tiempo, los medios tradicionales han sido los principales vehículos de información política, pero hay una brecha enorme entre los jóvenes y la política.
Muchos ven los temas políticos como aburridos, complejos y lejanos a su realidad.
¿Será que así lo han querido los altos mandatarios?
Aquí es donde Vera y otros creadores de contenido han logrado un impacto grande y significativo. No se trata de traducir la política a un lenguaje más sencillo, sino de mostrar una narrativa diferente, y amplia, que permita a los jóvenes verse reflejados en los debates que implican el futuro del país.
Ahora bien, esta transformación realmente no es fácil. ¿Un video corto realmente puede transmitir la profundidad e importancia que requieren temas tan complejos como la seguridad, economía o los derechos sociales?
Creo que ese es el verdadero reto.
TikTok y otras redes sociales ofrecen la oportunidad de captar la atención de millones de jóvenes; es bien sabido que las nuevas generaciones han desarrollado una retención de la información más rápida y mejor digerida.
El riesgo de simplificar en exceso temas complejos es real. Sin embargo, la solución no es rechazar estas plataformas, sino encontrar un equilibrio entre la inmediatez de las redes y la profundidad de los temas que se abordan.
Otro aspecto importante a destacar es el poder de movilización que tienen estos influencers políticos. Vera, por ejemplo, no solo explica qué está sucediendo en la política mexicana, sino que anima a los jóvenes a involucrarse activamente, ya sea votando o debatiendo.
En una democracia, la participación es clave, y los jóvenes, que serán quienes vivan las consecuencias de las decisiones políticas actuales, deben ser protagonistas de este proceso.
Creo que el surgimiento de figuras como Gerardo Vera marcan el inicio de un cambio generacional importante. La política ya no puede quedarse en las salas de conferencias ni en los periódicos; debe salir a las redes sociales, a los memes, a los videos cortos.
Este cambio es positivo, pero solo si se combina con una educación política más profunda, que permita tomar decisiones informadas y responsables.
Figuras como Vera están abriendo la puerta a una nueva forma de entender y practicar la ciudadanía.
Es momento de que las instituciones tradicionales se adapten y comprendan que el futuro de la democracia también se juega en el espacio digital, donde los likes y los comentarios pueden ser tan influyentes como los debates en el congreso