OTRA VISIÓN
Por Jorge Fernández
Hoy lunes 20 de enero
La importancia del Regalo que das o el que Recibes.
La tradición de intercambiar regalos en Navidad tiene raíces profundas que van más allá del simple acto de dar y recibir.
Históricamente, este gesto se remonta a los regalos que los Reyes Magos ofrecieron al niño Jesús: oro, incienso y mirra, simbolizando respeto y adoración.
Además, figuras como San Nicolás, conocido por su generosidad hacia los necesitados, han influido en la práctica de regalar durante estas festividades.
En la actualidad, los regalos navideños, de cumpleaños, días de la amistad, padre o madre, representan una manifestación tangible de amor, gratitud y aprecio hacia nuestros seres queridos.
La elección cuidadosa de un obsequio refleja la atención y el conocimiento que tenemos sobre los gustos y deseos del destinatario, fortaleciendo así los lazos emocionales y creando conexiones más profundas. 
Sin embargo, surge una interrogante: ¿es el valor material del regalo un reflejo del nivel de aprecio o gratitud?
Es común escuchar que “lo que importa es el detalle”, sugiriendo que la intención detrás del regalo prevalece sobre su costo. No obstante, en ocasiones, quienes han brindado apoyo y dedicación a lo largo del año pueden sentir que un obsequio más elaborado o pensado sería una muestra más adecuada de reconocimiento.
La psicología del regalo indica que, más allá del objeto en sí, el acto de regalar está cargado de simbolismo y emociones. Recibir un regalo activa en nuestro cerebro el sistema de recompensa, liberando neurotransmisores como la dopamina, que generan sensaciones de placer y bienestar. Este proceso fortalece los lazos afectivos y beneficia nuestra salud emocional.
Cuando una persona se ha distinguido a lo largo del año por pensar en ti, por estar presente en tus momentos difíciles, por cuidar de tus necesidades, por estar presente siempre y en muchos casos, por compartir incluso su esfuerzo económico para apoyarte, esa dedicación merece ser reconocida de manera recíproca.
No se trata únicamente de dar un regalo simbólico para “cumplir”, sino de demostrar que valoras lo que esa persona hizo por ti.
Un regalo significativo y bien pensado, que refleje esfuerzo y consideración, habla más que mil palabras y es una muestra clara de gratitud y respeto.
Es lamentable que, en ocasiones, algunos caigan en la indiferencia, incluso en el cinismo, al minimizar la importancia de corresponder adecuadamente. ¿Cómo entender que alguien que ha recibido apoyo constante, orientación, y hasta ayuda económica a lo largo del año, considere suficiente regalar algo insignificante o despreocupado, con la excusa de que “lo que importa es el detalle”?
El valor de un regalo no está solo en el objeto en sí, sino en el mensaje que transmite: “Te valoro, reconozco lo que haces por mí y estoy dispuesto a demostrarlo”.
Desde niños aprendimos que un regalo verdaderamente especial requería esfuerzo. Recordemos esos momentos en los que ahorrábamos durante meses para darle algo significativo a nuestros padres, porque sabíamos que su amor y sacrificio lo merecían. Esa misma lección debe acompañarnos siempre.
Si alguien ha dado todo por ti, se ha preocupado, ha compartido su tiempo, su apoyo y su pecunio contigo, corresponde honrar ese esfuerzo con un regalo que refleje tu agradecimiento y tu respeto.
La Navidad, Cumpleaños, Día de la Amistad, Día del Padre y de la Madre, no solo son fechas consumistas, para las personas sensibles, agradecidas, amorosas y recíprocas, es un recordatorio de que dar es mucho más que un acto simbólico.
Es una oportunidad para reconocer a quienes se preocupan por nosotros, para demostrar que entendemos el valor de su esfuerzo. Porque un regalo no solo representa el cariño, sino también el lugar que esa persona ocupa en nuestro corazón. Al final, la generosidad y la reciprocidad son el verdadero espíritu de estas fechas y te dan oportunidad de agradecer y demostrar, qué tan importante es para ti esa persona, que todo el año, toda la vida, se preocupa por ti, está para ti y de qué tamaño fue tu reconocimiento de ella, gratitud, tu reciprocidad, de que en la medida que se dio para ti, te esfuerzes, en darte para ella.
Hay personas que cuando regalamos, es todo un rito:
observar y conocer a quien vas a regalar, conocer sus gustos, sus necesidades, sus deseos, los colores, sabores, pensamientos que le agradan, económicamente esforzarte por dar de ti lo que te han dado a ti.
Polémico verdad?
Tú, a quienes regalas y que regalaste??
Tu, quien te regala y que te regalo??
Hubo reciprocidad entre lo que recibiste y agradeciste???
Recuerda, si no fuiste reciproc@, este año, tienes una nueva oportunidad de ser esa persona buena y justa, con lo que la vida y Dios te ha prodigado!!!
Dice el dicho: Es más hermoso Dar que recibir, pero cuando recibes, también es un termómetro de cómo te valora tu familia, tus amigos, la gente a la que tú te has esmerado por DAR, lo mejor de ti!
Los Reyes Magos, el antecedente más remoto de esta tradición, regalaron a Jesús: Incienso, Mirra y Orooo!!!
