La Nueva Basílica de Guadalupe, un hito arquitectónico y espiritual, es un testimonio de la devoción continua hacia la Virgen de Guadalupe y la importancia de su presencia en la vida de millones de personas. Esta moderna estructura, que se erige con majestuosidad en el Atrio de las Américas, no solo marca una nueva era en la veneración de la Virgen, sino que también responde a la necesidad de albergar a una creciente multitud de peregrinos.
El nombre “Nueva Basílica” se acuñó para distinguirla de su predecesor, el amado Templo Expiatorio de Cristo Rey, ahora conocido como el Antiguo edificio de la Basílica. Este último, afectado por terremotos y hundimientos, se encontraba en peligro de colapso y resultaba insuficiente para acomodar a la creciente afluencia de devotos.
El diseño de la Nueva Basílica fue el resultado de la colaboración de cinco destacados arquitectos: José Luis Benlliure, Pedro Ramírez Vázquez, Alejandro Schoenhofer, Fray Gabriel Chávez de la Mora y Javier García Lascuráin. La construcción comenzó en 1974 y culminó en una solemne inauguración el 12 de octubre de 1976. En ese día histórico, la imagen de la Virgen de Guadalupe fue llevada en procesión al nuevo santuario.
La forma circular de la Basílica simboliza la carpa que albergó el Arca de la Alianza en su travesía por el desierto. Su distintivo techo de láminas de cobre, que ha adquirido un característico color verde con el tiempo, es sostenido por una estructura de hormigón armado y 344 pilotes profundos en la tierra.
En su interior circular y sin columnas, la imagen de la Virgen de Guadalupe se aprecia desde cualquier lugar. Una pasarela automática permite a los devotos acercarse rápidamente a la Virgen, lo que ha facilitado que más personas puedan admirarla de cerca.
El recinto también alberga el mural “El regalo de la Resurrección” realizado por Pedro Medina Guzmán en 1980, así como otros murales que representan a Juan Diego y las apariciones de la Virgen de Guadalupe.
La Basílica cuenta con siete entradas y una capilla al aire libre que evoca los atrios de las iglesias del siglo XVI.
A lo largo de los años, la Nueva Basílica de Guadalupe ha recibido la visita de prominentes líderes religiosos, políticos, artistas y atletas, incluyendo al Papa Juan Pablo II en 1979 y 1990, así como al Papa Francisco en 2016.
Hoy en día, este sitio se ha convertido en uno de los lugares religiosos más visitados del mundo, con aproximadamente 30 millones de devotos y 10 millones de visitantes no religiosos cada año. La festividad anual del 12 de diciembre es una de las más grandes de la Ciudad de México, congregando a multitudes que superan con creces la capacidad del edificio principal de la basílica.
La Nueva Basílica de Guadalupe es más que un monumento arquitectónico; es un símbolo de la devoción y la unidad que la Virgen de Guadalupe ha inspirado a lo largo de los siglos en México y en todo el continente americano.
Esta Basílica no solo es un símbolo de fe, sino también un lugar donde la gente encuentra esperanza y unidad, sin importar de dónde vengan. Es un recordatorio de cómo la espiritualidad puede unir a las personas y dejar un legado duradero.