OTRA VISIÓN
Por Dr. Jorge Fernández
En este alba de lunes, México despierta bañado en los ecos de un despertar democrático, resonando a través de sus calles y plazas, tocando el corazón de la nación.
El Zócalo, testigo ayer de un mar de esperanza, vibró al ritmo de más de 700.000 almas, no solo en la capital sino también en innumerables rincones de México y el mundo. Esta ‘Ola Rosa’, término que ya se ha arraigado en el lenguaje colectivo, representa mucho más que un acto cívico; es un pulso vibrante que se siente en cada rincón de nuestro México y trasciende fronteras.
El ambiente se cargaba de una mezcla embriagadora de pasión y determinación. Banderas ondeando, carteles levantados, rostros de todas edades y condiciones sociales, unidos en una sola voz potente y clara: un rechazo rotundo a la regresión. Esta marcha, trascendiendo lo meramente político, se erige como el testimonio viviente de un México que, tras cuatro décadas de transición, ha degustado la dulzura de una democracia que se niega a desvanecerse en las sombras del olvido.
En este escenario, donde la democracia se reafirma con fuerza, las figuras políticas no fueron meros espectadores. Mientras AMLO ve en esta manifestación un espejo del respeto a la libertad y los derechos, líderes de partidos como PRI, PAN, PRD, se sumaron, no con banderas partidistas, sino como ciudadanos comprometidos con el futuro de su país.
Otro evento relevante ayer, fue el registro de Claudia Sheinbaum, ante el INE, emergiendo como la candidata única del partido morena y que dibuja en el horizonte una promesa de cambio y continuidad, sus palabras resonando en armonía con el clamor popular de un México justo y libre.
Sin embargo, en medio de este lienzo de esperanza, hay sombras que persisten. Los recientes sucesos de violencia en Tlaquepaque, Jalisco, y en otros puntos del país, son una mancha oscura que amenaza con ensombrecer este amanecer democrático. Nos recuerdan, con dureza, que la seguridad y libertad son pilares que deben ser inquebrantablemente fortalecidos, para que tragedias así no se repitan.
Hoy, México despierta no solo con motivación, sino también con una profunda conciencia. Consciente de que el camino hacia elecciones justas y representativas aún está por recorrer.
La invitación está extendida: acudir a las urnas, ejercer nuestro derecho inalienable, ser parte activa de ese cambio y fortalecimiento de nuestro México. En cada voto depositado, en cada voz que se eleva, se teje el futuro de una nación que, con valentía y esperanza, se rehúsa a dar un paso atrás. Juntos, avanzamos hacia un amanecer donde cada rayo de luz es un testimonio de nuestra resiliencia y nuestro compromiso inquebrantable con la democracia.
MÉXICO VIVE!!!
VIVA MÉXICO!!!
