Roma (EFE).- La huelga nacional de 24 horas convocada este viernes en el transporte público local de Italia por todos los sindicatos del sector está causando serias dificultades en la movilidad urbana del país y afecta en particular a las grandes ciudades, como Roma, Nápoles, Génova o Bolonia y, en menor medida, Milán.
El paro, convocado para pedir la renovación del convenio colectivo nacional que expiró a finales de 2023 y en el que no se garantizan los servicios mínimos por primera vez desde 2005, está teniendo un gran seguimiento,” con cifras de adhesión de más del 90%”, según Maurizio Landini, secretario del mayor sindicato del país, la CGIL.
“Se trata de una petición muy precisa para aumentar los recursos, un problema que concierne al Gobierno porque los recursos asignados dentro de la ley presupuestaria son totalmente insuficientes para renovar el contrato. Llevan años haciendo recortes”, dijo Landini en una marcha en Roma con miles de manifestantes.
El líder de la CGIL, que junto a otro sindicato mayoritario, la UIL, ha llamado a una huelga general el próximo 29 de noviembre para exigir cambios en los presupuestos del Ejecutivo de la ultraderechista Giorgia Meloni, también criticó a las empresas de transporte, “un sector que necesita convertirse en un punto de referencia para hacer las ciudades más habitables», añadió.
Críticas por la ausencia de servicios mínimos
A la espera de los datos oficiales de seguimiento del paro, el ministerio de Transportes, que dirige el ultraderechista Matteo Salvini, criticó con dureza la ausencia de servicios mínimos.
“El derecho a la huelga es sacrosanto, pero es inaceptable proclamar una movilización salvaje y sin protección para quienes necesitan moverse, curarse, estudiar o trabajar”, indicó en un comunicado.
Roma, dificultades y malestar de los viajeros
En Roma, las dificultades están siendo notables para los viajeros, tanto para los romanos como para los turistas.
“En una ciudad como Roma no tener medios de transporte es verdaderamente un gran problema”, aseguró a EFE Alberto, un estudiante que espera en la céntrica estación de Termini poder llegar a la universidad porque no quiere perderse las clases.
Aunque para él “la huelga es fundamental”, sería mejor “hacerlas más grandes y menos frecuentes porque en Roma en el transporte son continuas”, lo que “genera un gran malestar general que hace que se pierda el mensaje”.
Con las estaciones de metro cerradas y las líneas de buses con una frecuencia mínima, muchos turistas han optado por desplazarse a pie, como Andrea y Génesis: “Teníamos pensado tomar el bus para llegar al Vaticano pero nos va tocar andar”, lo que “es un poco engorroso”, explican a EFE.
Stefania ha llegado en tren a Términi desde la localidad de Frosinone, en el sur de Roma, para ir al hospital ‘Bambino Gesu’ en el centro de la ciudad y no sabe cómo llegar, cree que finalmente se verá obligada a tomar un taxi, aunque se resiste.
Para ella, el paro es “exagerado” porque “hay casos como visitas medicas u otras situaciones” para las que el transporte “debería estar garantizado”, señaló.
A diferencia de las huelgas anteriores, esta vez no habrá intervalos horarios que garanticen los servicios a los ciudadanos, aunque este paro no afecta a las líneas ferroviarias que funcionan con normalidad.
El líder de la CGIL, que junto a otro sindicato mayoritario, la UIL, ha llamado a una huelga general el próximo 29 de noviembre para exigir cambios en los presupuestos del Ejecutivo de la ultraderechista Giorgia Meloni, también criticó a las empresas de transporte, “un sector que necesita convertirse en un punto de referencia para hacer las ciudades más habitables», añadió.
Críticas por la ausencia de servicios mínimos
A la espera de los datos oficiales de seguimiento del paro, el ministerio de Transportes, que dirige el ultraderechista Matteo Salvini, criticó con dureza la ausencia de servicios mínimos.
“El derecho a la huelga es sacrosanto, pero es inaceptable proclamar una movilización salvaje y sin protección para quienes necesitan moverse, curarse, estudiar o trabajar”, indicó en un comunicado.
Roma, dificultades y malestar de los viajeros
En Roma, las dificultades están siendo notables para los viajeros, tanto para los romanos como para los turistas.
“En una ciudad como Roma no tener medios de transporte es verdaderamente un gran problema”, aseguró a EFE Alberto, un estudiante que espera en la céntrica estación de Termini poder llegar a la universidad porque no quiere perderse las clases.
Aunque para él “la huelga es fundamental”, sería mejor “hacerlas más grandes y menos frecuentes porque en Roma en el transporte son continuas”, lo que “genera un gran malestar general que hace que se pierda el mensaje”.
Con las estaciones de metro cerradas y las líneas de buses con una frecuencia mínima, muchos turistas han optado por desplazarse a pie, como Andrea y Génesis: “Teníamos pensado tomar el bus para llegar al Vaticano pero nos va tocar andar”, lo que “es un poco engorroso”, explican a EFE.
Stefania ha llegado en tren a Términi desde la localidad de Frosinone, en el sur de Roma, para ir al hospital ‘Bambino Gesu’ en el centro de la ciudad y no sabe cómo llegar, cree que finalmente se verá obligada a tomar un taxi, aunque se resiste.
Para ella, el paro es “exagerado” porque “hay casos como visitas medicas u otras situaciones” para las que el transporte “debería estar garantizado”, señaló.
A diferencia de las huelgas anteriores, esta vez no habrá intervalos horarios que garanticen los servicios a los ciudadanos, aunque este paro no afecta a las líneas ferroviarias que funcionan con normalidad.
Fuente:
EFE-https://efe.com/economia/2024-11-08/italia-huelga-transportes-publico-24-horas-sin-servicios-minimos/