OTRA VISIÓN
Por Jorge Fernández H.
Hace tres décadas, un 22 de marzo de 1994, corríamos junto a Luis Donaldo Colosio por el malecón de Culiacán, Sinaloa. Aquel día, impregnado de esperanza y el anhelo de un México mejor, sigue resonando en nuestra memoria colectiva.
Colosio, con su visión de justicia y equidad, representaba una esperanza, en un país navegando a través de la tempestad, que había irrumpido el 1 de enero con la aparición del EZLN, la sombra de Camacho Solís y la incertidumbre que crecía! No obstante, el recuerdo de aquellos días de esperanza contrasta profundamente con el presente.
Treinta años después, exactamente el mismo día, el crimen organizado, en un acto de desafío y violencia hacia el gobierno, levanta cinco familias en Culiacán, Sinaloa, incluyendo abuelitos y niños. Este evento, un reflejo de los desafíos que aún enfrentamos, pone de manifiesto la urgente necesidad de reconciliar nuestro presente con los ideales que Colosio soñaba para México!
En este contexto de reflexión y acción, la figura de Luis Donaldo Colosio Riojas emerge como un símbolo de continuidad y esperanza. Como candidato a senador por Nuevo León, Colosio Riojas lleva consigo no solo el legado de su padre, sino también la promesa de trabajar por un país más justo y seguro.
Su candidatura representa una nueva oportunidad para avanzar hacia los ideales de paz y justicia que su padre soñó para México, en un momento en que tales valores son más necesarios que nunca .
El legado de Luis Donaldo Colosio, tanto el padre como el hijo, nos invita a reflexionar sobre nuestra responsabilidad colectiva hacia México. Nos recuerda que, a pesar de las adversidades, la esperanza de un futuro mejor sigue viva.
La historia de los Colosio, marcada por el sacrificio, la tragedia, y la resiliencia, es un llamado a la acción. Nos insta a trabajar unidos por un país donde prevalezca la seguridad, la justicia y el bienestar para todos.
Así, al recordar aquel 22 de marzo de 1994, y al reflexionar sobre los eventos recientes en Sinaloa, nos enfrentamos a la dualidad de nuestra realidad: la violencia y la esperanza, la adversidad y la promesa.
En este momento crucial de nuestra historia, el camino trazado por los Colosio ilumina nuestra búsqueda colectiva de un México donde la paz y la justicia no sean solo ideales, sino realidades tangibles.
En esta encrucijada de nuestra historia, mientras honramos el legado de Luis Donaldo Colosio y abrazamos la visión de su hijo, reafirmamos nuestro compromiso con el México que soñamos. Un México donde cada 22 de marzo, y todos los días, nos inspiremos a seguir corriendo por el malecón de nuestra esperanza, hacia un horizonte de paz y justicia para todos.
MÉXICO VIVE, y en el legado de los Colosio, encontramos la fuerza para continuar nuestra marcha hacia un futuro más prometedor.
MÉXICO VIVE!!!
VIVA MÉXICO!!!