Cuando falleció Lorena Rojas, su hermana, Mayra se hizo responsable de la situación, incluyendo la crianza de Luciana, la hija que su familiar había adoptado antes de morir. Lo cual, la llevó a vivir un episodio emocional que la desequilibró.
“Falleció mi única hermana y, de pronto, uno se siente superhéroe y crees que puedes enfrentar una situación tan dolorosa como si no hubiera pasado nada. Nunca estamos preparados para un duelo”, confesó Mayra Rojas a los medios de comunicación. “Me sentí con la enorme responsabilidad adelante algo que no podía hacer sola”.
Tuvo una depresión tan grande que la obligó a acudir con un psiquiatra y recibir medicamento para poder salir adelante. “No te quieres levantar de tu cama, no quieres ver a nadie, estás enojado todo el tiempo, no quieres comer, todo te molesta. Y la tristeza la puedes mover hacia un enojo, hacia una desesperación, hacia algo terrible, si no estás bien atendido”, reveló.
“Terminé en psiquiatra y primero me sorprendió mucho porque no era un psicólogo, ya era un médico experto, sobre todo en que tu mente no tiene ciertos químicos que te hacen falta para que te sientas bien”, continuó. “Cuando llegué a terapia, a los diez minutos de hablar con el doctor me dijo ‘vas a tomar medicamento’. Bendito medicamento, me sacó adelante. A los 20 días estaba funcionando”.
“La canasta básica son huevos, leche y terapia”, advirtió. “Creo que es muy importante, no siempre ponemos atención en nuestro estado mental y emocional. Siempre que si nos duele la muela, si hay que ir al ginecólogo, que hay que ver que no tengas la presión alta, pero no nos fijamos en cómo estamos emocionalmente y somos muy miedosos a enfrentarnos a una depresión, porque sentimos que si estamos deprimidos somos más débiles o más vulnerables. Lo viví en carne propia y, hasta que no me dieron un jalón de orejas, entendí que estaba deprimida”.
Articulo de: Carolina Amézquita Pino (People en español)
