
Praga, 4 Sep (Notimex).- México tiene un papel relevante en la historia de Checoslovaquia. En Praga hay una plaza que lleva el nombre del presidente Lázaro Cárdenas, mientras que una de las avenidas emblemáticas de la Ciudad de México fue bautizada con el nombre del fundador de ese país del oriente de Europa, Mazarik.
En Praga, el politólogo y director del Centro de Estudios Latinoamericanos de la Universidad Carolina de la República Checa, Jan Opatrny, habló con Notimex para abordar el tema de las históricas relaciones bilaterales.
México fue el primer país que reconoció la independencia de esa república. El politólogo manifestó que las relaciones económicas entre ambos países en ese tiempo tuvieron cierta importancia, pero lo más importante para Checoslovaquia fue el reconocimiento diplomático que le hizo México.
El actual embajador mexicano en la República Checa, Pablo Macedo Riba, dijo también a Notimex que “en momentos difíciles de nuestra historia, nos hemos apoyado mutuamente”.
México fue el primer país que después de la ocupación nazi de Checoslovaquia (durante la Segunda Guerra Mundial) reconoció al gobierno checoslovaco en el exilio, que se encontraba en Londres.
“No solamente esto, México en el Congreso Interamericano en Río de Janeiro propuso la resolución, que fue finalmente aprobada, de que Latinoamérica reconociera a los gobiernos de los países europeos ocupados por los nazis”, recordó.
“Esa resolución fue aceptada y México junto con Uruguay fueron los primeros países que lo apoyaron oficialmente al gobierno checoslovaco en el exilio”, puntualizó.
México fue además el primer país que reconoció independencia de la República Checa en 1993.
“La imagen de México en la República Checa hoy en día es naturalmente positiva, mucha gente ha visitado México y sabe que hay lugares seguros. Muchos de mis alumnos y alumnas viajan a México, trabajan en México regresan a la República Checa, y cuando están aquí regresan a México de nuevo”, manifestó Opatrny.
Refirió que “siempre más y más turistas checos visitan México. Debo decir una cosa: tenemos la suerte, es un gran orgullo para nosotros que desde hace 16 años colaboramos con el Tec de Monterrey”.
“Organizamos cada año cursos de verano para estudiantes mexicanos y algunos de ellos regresan después y trabajan en diferentes empresas mexicanas en Europa y también en la República Checa. Las experiencias en esta área son excelentes”, expresó Opatrny.
La República Checa lleva 23 años existiendo como tal, pero ya es una potencia industrial en el Oriente de Europa. Los grandes temas del momento son la inmigración, la relación con la Unión Europea y la inquietud a causa de la Rusia de Vladimir Putin.
El director del Centro de Estudios Latinoamericanos de la Universidad Carolina de la República Checa, Jan Opatrny, manifestó que “el momento político actual en el país es tranquilo, no hay problemas serios”.
Apuntó que tampoco tienen elecciones en puerta, “entonces los partidos políticos tienen espacio para pensar en las cosas que no tocan directamente a la República Checa, es decir, en los temas europeos”.
“Hoy en día, los grandes temas en mi país son la deuda de Grecia, y los inmigrantes. Estos se interesan por llegar a los países ricos como Alemania, pero a pesar de eso, hay sectores que están preocupados por (la cantidad) de inmigrantes que está llegando. Otro sector, en cambio, subraya la importancia de la inmigración en la economía actual”, dijo.
El gobierno checo está integrado ahora por el Partido Socialdemócrata (CSSD), el mas fuerte. Le sigue el Movimiento Político 2011 (Ano 2011), centro, y en tercer lugar en orden de importancia está el Partido Demócrata Cristiano (KDU-CSL), que es conservador.
La República Checa es una democracia parlamentaria. Tiene 10 millones y medio de habitantes y su territorio tiene una superficie de casi 80 mil kilómetros cuadrados. Su Producto Interno Bruto en 2014 fue en números cerrados de unos 231 mil 500 millones de dólares.
Si bien pertenece a la Unión Europea y es integrante de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) desde 1999, aún no forma parte del espacio de la divisa única. Su moneda es la corona checa.
Checoslovaquia se dividió oficialmente y de acuerdo mutuo en la República Checa y la República Eslovaca el 1 de enero de 1993.
El tema de la pertenencia a la Unión Europea forma parte del debate público en la República Checa. Mientras el Partido Socialdemócrata es mas europeísta, hay grupos políticos que subrayan que Europa debe ser mas federalista y otros favorecen la existencia de Estados nacionales.
El tema de la corrupción es también central. “Cuando se habla de problemas políticos en el país, siempre se habla de la corrupción. El problema no es tan duro como en Brasil porque no tenemos una empresa tan grande como Petrobras, pero la corrupción siempre ha representado un problema”.
El proceso de democratización es relativamente reciente, pero Jan Opatrny señaló que “hay que subrayar que ya teníamos largas tradiciones democráticas”.
Después del Imperio Austro Húngaro se fundó la primera República de Checoeslovaquia, que duró de 1928 a 1938. Esa década fue su primera experiencia democrática.
En 1938 sobrevino la ocupación nazi y después del término de la Segunda Guerra Mundial, 40 años de “comunismo, con los problemas que conlleva, como el totalitarismo”.
Checoeslovaquia perteneció durante cuatro décadas a la órbita de los países satélites de la ex Unión Soviética.
El país ha sido escenario de grandes capítulos de la historia, como la Primavera de Praga cuando el entonces gobernante Alexander Dubcek promulgó en abril de 1968 un programa que tenía el objetivo de desarrollar “un socialismo con cara humana”.
Se levantó la censura, se permitió la creación de pequeños negocios propios, la libertad de reunión y la liberación de los presos políticos.
La respuesta llegó en agosto con la ocupación del país por tanques soviéticos y de las fuerzas armadas de los demás países del Pacto de Varsovia, para reprimir con el uso de la fuerza militar ese conato de libertad.
La impotencia de los ciudadanos ante una represión de tales dimensiones quedó grabada en fotografías que hoy son históricas, en las que algunos jóvenes checoeslovacos lanzan piedras contra los enormes tanques en las calles de Praga.
La dominación soviética en Checoslovaquia terminó junto con la caída del Muro de Berlín a fines de 1989, vuelcos históricos que hizo posibles Mijail Gorbachov, entonces dirigente máximo de la URSS, y quien no hizo uso de la fuerza para ahogar esos cambios.
“Esos hechos marcan las relaciones actuales de la República Checa con Rusia. Otra cosa importante: Rusia siempre representó una parte importante de la economía checoslovaca, y después de la checa. Hoy en día es el quinto exportador a Rusia, pero el contacto económico más importante es con Alemania“, destacó el politólogo checo.
















