Michael Bublé cautivó con su magia al público mexicano

El cantante canadiense ofreció un espectacular concierto en la Arena Ciudad de México, interpretando sus éxitos y rindió un homenaje a Elvis Presley

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POR BEATRIZ FERNÁNDEZ LÓPEZ

 

Michael Buble sorprendió a México. En una noche llena de música, baile, bromas y bastante español, el canadiense cautivó al público la noche del jueves.

 

Antes de iniciar este gran espectáculo, los asistentes en la Arena Ciudad de México se hicieron escuchar con gran emoción ante la cercanía del reloj que contaba los minutos restantes para el esperado “Higher Tour”, y cuando al fin el reloj marcó 0, la magia comenzó. 

 

Una entrada que en segundos transformó la atmósfera del lugar. Saliendo de una cortina de humo mientras la banda de más de 20 músicos enfatizaba su llegada con “Feeling Good”, Bublé hizo que el público, emocionado, se pusiera de pie. Al continuar con “Haven’t met you yet”, se sintió la energía al bailar e interactuar con los músicos de una manera que mantuvieron bailando a los fans. Los músicos de la banda, que se encontraban en el escenario de forma piramidal, permitían que se apreciara a cada uno de ellos, por lo cual al estar bailando mientras el canadiense cantaba, el público permanecía de pie coreando de tal manera que inundaba el majestuoso recinto de alegría y canto. 

 

En el momento que Michael hizo una pausa para poder platicarle al público, con un notorio esfuerzo por hablar en español y entonando el “Ole, ole, ole, ole”, de tal manera que la Arena retumbó con los aficionados de este deporte, extasiando al canadiense, quien jugó cambiando la letra a “Bublé tiene un muy grande ego, Bublé, Bublé”. Tras más bromas en español del cantante, compartió su sentir de que México era de los mejores países del mundo, ya que aunque estábamos en una Arena muy grande, se sentía muy íntimo de tal manera que le era posible tocar las manos de algunos fan, y bromeó con “y sí, mucho, puedo tocar tu culito también”, lo cual llenó el recinto de carcajadas. Este momento, en que se dio la oportunidad de interactuar con el público, leer las cartulinas de los fans, acercarse a tomarse selfies e intentar hablar lo más posible en español, mostró no sólo el compromiso y agradecimiento del canadiense con su público, sino esa calidad humana y sencillez que lo hacen un artista muy completo.

Siguió el show con “L-O-V-E”, con una proyección que transformó a una atmósfera romántica en cuestión de segundos, con imágenes de corazones, luces rosas y la gran interpretación del canadiense que comprobó su capacidad de hacer sentir y navegar por un sinfín de emociones con este gran espectáculo.

 

Algunas canciones que siguieron fueron grandes temas como “Sway”, en la cual cantó algunas partes en español, “Home”, que hizo que la Arena se iluminara con la luz de los celulares de los asistentes; luego “Everything”, que de un ambiente tranquilo al compartir la versión que hizo unos años después, puso a todos a bailar; enseguida regresó a un ambiente romántico con el gran éxito “To love somebody”, denotando su disfrute de la música al mostrar excelentes pasos de baile y movimientos que transmitían su sentir y entrega por la música.

Un amplio repertorio que incluyó más de 20 temas, incluso un pequeño homenaje al gran Elvis Presley. 

Bublé, tras compartir que Elvis fue uno de sus ídolos y la oportunidad que tuvo cuando su esposa acudió a uno de sus shows en el que ella le pidió si podía cantar algunas de sus canciones cuando él tan solo tenía 27 años, fue pie para interpretar un Medley maravilloso compuesto por “Fever”, “Trouble”, “Burning” y “Falling in love”.

 

Desafortunadamente el final del show se acercaba; fue impresionante ver lo rápido que pasaba el tiempo entre bromas, anécdotas, con el talento de este gran artista, sus tres coristas cuyo nivel de energía superó lo antes visto, de inicio a fin cantando y bailando de tal forma que al verlos hacían vibrar en la misma sintonía, unos músicos que erizaban la piel especialmente al tener sus pequeños solos. En fin, un show muy completo que nos recordó el poder de la música, una gran producción que sin necesidad de integrar bailarines y otros detalles distractores enfatizaron cada momento para llevarnos por un viaje de emociones sintiendo la música y haciéndonos vibrar con la poderosa y elegante voz de Michael Bublé.

El momento inolvidable de la noche fue al soltar la lluvia de papelitos amarillos que embellecían la gran Arena Ciudad de México mientras el canadiense interpretaba “My first, my last, my everything” hicieron que muchas de las caras de los asistentes se encendieran con ilusión y emoción de ese momento tan especial, que no pudo ser mejor para dar pie a concluir con uno de sus más grandes éxitos, “It’s a beautiful day”. La alegría que invadió la Arena Ciudad de México fue inexplicable, nuevamente Michael Bublé nos demostró la fuerza e impacto de la música.

 

Tras la aclamación del público, Bublé regresó para interpretar “Cry me a river” y “Always on my mind”, que cerrarían la noche, no sin antes compartir un puente musical en el que dio espacio a que en las pantallas se fueran compartiendo los nombres de cada uno de los músicos de la banda, un acto nunca antes visto, que reiteró su sencillez, generosidad y reconocimiento a cada una de las personas que han formado parte de este gran tour, y por mencionar a algunos, ellos son: Ethan Sherman, Jacob Rodríguez, Gregory Agid, Nick Vayenas, Caleb McMahon, Erik Kertes, Nick Jacobson-Larson, Marion Fedler, Jake Saslow, Markus Howell, Jumaane Smith, Jean Caze, y los tres coristas Loren Batley, Jarret Johnson y Loren Smith.

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