“Estábamos dormidos ya, eran las 8:30 de la noche, y, de repente, me despierta alguien. [Abro los ojos] y veo caras que no reconozco y estaba encañonado [con una pistola y silenciador]”, relató Bosé al programa español de televisión El Hormiguero (Antena 3). “Estás perdido, no sabes qué es lo qué pasa. Y veo a mis hijos, pie de cama, estábamos todos rodeados de gente armada hasta los dientes con metralletas, había artillería pesada muy grande. Todos encapuchados con máscaras”.
Los asaltantes no eran profesionales y les indicó que a los chicos los mantuvieran juntos con la señora de la casa “en una misma habitación”, mientras él les entregaba todo lo que querían llevarse. “Había empujones entre ellos, había insultos hacia mí, pero no hubo violencia física”, continuó.
“En un determinado momento, que no sabían a dónde iban, se me queda el jefe mirando, mira a los otros y dice: ‘chavos, este es Miguel Bosé’ y yo [respondo] ‘sí’. Se quitó la máscara y me dice ‘yo soy tu fan’. Lo juro”, narró.
“Entonces, le dije ‘vamos a a llevar las cosas por buen camino o se acabaron los conciertos’. De repente, se oye una voz fuerte que dice ‘una selfie, una selfie'”, continuó. “En ese momento, tuve la sensación de que no iba a pasar nada y me entró más tranquilidad”.
Miguel Bosé asegura que tras el robo, “vi entrar a mis hijos, en sus ojos no había miedo”; lo cual, consideró muy bueno.