OTRA VISIÓN
Hoy jueves 31 de octubre
Por Jorge Fernández H.
MUERTOS Y MÁS MUERTOS, celebración o duelo nacional…
Hoy cerramos octubre con un manto de dolor y pérdida. Las muertes se han vuelto parte de nuestra cotidianidad, tragedias que antes habrían estremecido a las instituciones y movilizado al país entero.
Hoy, secretarios de seguridad, presidentes municipales, periodistas –figuras que en el pasado parecían intocables– caen todos los días, mientras la sociedad observa casi inmune y el gobierno responde con palabras vacías, apenas justificaciones que poco o nada dicen. Los muertos siguen… los muertos siguen.
Pareciera que este año, mientras nos acercamos a las festividades del Día de Muertos, nos hemos empeñado en llenar las ofrendas y los panteones de nombres.
Las familias mexicanas, de acuerdo con nuestras tradiciones, preparan altares para recibir a sus seres queridos fallecidos. Sin embargo, la realidad parece brutal: el gobierno y la sociedad han permitido que se sumen cada vez más muertos, y este año los números ya son desmesurados.
Más de 199 mil muertes solo en el sexenio que terminó una cifra abrumadora que sigue creciendo, en este sexenio que inicia, como si no hubiera final.
Estos muertos, buenos o malos, de grupos organizados o victimas inocentes, con nombre o anónimos, son parte de una cifra, pero también de un duelo que pesa sobre la nación entera.
Las familias en cada rincón de México lloran a sus seres queridos, mientras que quienes sobrevivimos contemplamos, impotentes, cómo las cifras continúan su ascenso.
Así iniciaremos noviembre, recordando a miles y miles de muertos, en una mezcla de tristeza y desolación, al celebrar la muerte por nuestras tradiciones y al recordar, al mismo tiempo, a quienes este año se sumaron a esa lista interminable de ausencias.
Sin embargo, persiste una chispa de esperanza en medio de tanta oscuridad. El cambio se vislumbra en el horizonte: un nuevo gobierno, una ciudadanía cada vez más consciente, tal vez incluso reformas que puedan cimentar el camino hacia un país mejor.
Ojalá que, en lugar de resignarnos a la impotencia, veamos transformaciones que nos den un respiro, cambios que México y los mexicanos tanto soñamos y necesitamos, porque:
MÉXICO VIVE!!!
VIVA MÉXICO!!!