En realidad, ambas visiones forman parte de algunos de los “tópicos y mantras” que analizaba recientemente Juan Francisco Juliá para The Conversation y deben ser contemplados con mirada crítica y sin caer en análisis simplificadores.
La cuestión de cómo se enseña en la universidad es, desde hace ya bastantes años, objeto de análisis: en 2009 la UNESCO publicaba un informe titulado Trends in global higher education: Tracking an academic revolution, en el cual se defiende con contundencia que “ninguna universidad puede alcanzar el éxito sin un personal académico bien cualificado y comprometido”.
Sin embargo, al mismo tiempo el informe plantea que “los malos resultados se atribuyen a deficiencias de los alumnos, como la falta de motivación o de talento, y rara vez a una mala enseñanza” mientras que “los nombramientos y ascensos académicos se hacían y se siguen haciendo, en su mayor parte, en función de la producción investigadora, no de la competencia docente.”
Cómo es un buen docente
En realidad, definir qué significa “calidad docente” en Educación Superior es un auténtico reto. La investigación demuestra la importancia de reconocer los “microprocesos” individuales del profesor y sus estrategias para interactuar con las características y necesidades de los alumnos.
También es necesario tener en cuenta las diferencias entre los distintos grados y postgrados, la importancia de los recursos existentes o las expectativas de la institución.
En resumen, “hablar de los atributos de una docencia universitaria de calidad no es tarea fácil ni trivial”.
El programa DOCENTIA
Para intentar resolver este problema, en España la ANECA propone, desde 2015, el Programa DOCENTIA, que pretende “contribuir a la mejora de la calidad de la docencia y, de esta forma, contribuir a la mejora de los resultados de aprendizaje del estudiantado.”
Para ello, la ANECA propone a las instituciones de Educación Superior que consideren tres dimensiones a evaluar:
- La planificación de la docencia.
- El desarrollo de la enseñanza.
- Los resultados.
Además, la innovación docente “puede ser incorporada como una dimensión más o aparecer de modo transversal a lo largo de las dimensiones previamente consideradas”.
Aplicación no uniforme
Pero DOCENTIA no define qué es una actividad docente de calidad ni establece los criterios o estándares que permitan medirla. La definición del modelo de evaluación corresponde a cada universidad. ANECA sí ofrece una tabla actualizada que permite hacer un cierto seguimiento por parte de cada universidad del proceso de definición de la “calidad docente” y de sus mecanismos de evaluación.
Por este motivo, algunos expertos encuentran que una de las características de este programa es su escasa capacidad para distinguir al profesorado “excelente” del resto de categorías.
Aportaciones desde la investigación
La investigación nos permite avanzar claves para intentar una definición de calidad docente sobre la cual podamos construir unas bases comunes para la educación superior.
Una de estas claves sería el abandono de la dieta exclusiva de clases magistrales tradicionales hacia un menú de “propuestas pedagógicas” en las cuales, la mayor parte del tiempo, los estudiantes son participantes activos en el proceso de aprendizaje.
Las profesoras y profesores que trabajan con metodologías centradas en el aprendiz y con altas expectativas de lo que sus estudiantes pueden lograr consiguen que estos desarrollen estrategias de aprendizaje de mayor calidad y profundidad.
Nuevas competencias necesarias
Esta nueva docencia universitaria requiere nuevas competencias:
COMPETENCIAS GENÉRICAS
Competencias genéricas del profesorado universitario para la docencia en el siglo XXI.
Creatividad y persistencia | Respeto | Transmisión clara de la información | Sentido del humor constructivo |
---|---|---|---|
Puntualidad | Capacidad de motivar | Escucha activa | Buena apariencia |
Empatía | Conocimiento y preocupación por sus estudiantes | Volumen y tono de voz adecuados | Honestidad, integridad y transparencia |
Positividad y optimismo | Apoyo a sus estudiantes | Asertividad | Carisma y sociabilidad |
Humildad y aceptación de sus limitaciones | Capacidad de generar confianza y confianza en sus estudiantes | Capacidad de interacción con sus estudiantes | |
Valoración del trabajo de sus estudiantes | Paciencia y atención | Apertura y disposición a responder preguntas | Inteligencia emocional, social y cognitiva |
Compromiso y seriedad con su trabajo | Justicia y coherencia en la actuación | Accesibilidad y disponibilidad dentro y fuera de clase | |
Responsabilidad y organización | Amor, pasión e interés por su trabajo | Receptividad a opiniones de otras personas | Alegría y simpatía |
Comprensión y flexibilidad frente a las necesidades de sus estudiantes | Capacidad de actuar como modelo a seguir |