Desde hace 24 años, Angello Baños Terrazas lucha por la reeducación de los hombres para erradicar la violencia de género. Primero desde el gobierno de la Ciudad de México y ahora en la administración federal, ha formado parte de equipos que buscan la transformación de la masculinidad, generalmente arraigada a conductas negativas.
Aunque la mayoría de las veces se les dice a las mujeres que son ellas quienes deben alzar la voz cuando son víctimas de algún tipo de violencia, la estrategia que se implementa desde varias secretarías de Estado es evitar las agresiones al generar una nueva conciencia en los hombres, que estadísticamente son los principales agresores.
Según la Red Nacional de Refugios, en 2024 aumentó en 24.2% el número de mujeres víctimas de violencia que pidieron apoyo a la organización; asimismo, afirmó que en los últimos nueve años incrementó 103% la violencia familiar, la cual padece 91% de las víctimas atendidas por la red.
En tanto, en la Ciudad de México, en más de 65% de los casos de violencia contra la mujer documentados el primer trimestre de 2024, los responsables fueron las parejas o las exparejas de las afectadas.
“No bastaba trabajar con mujeres, porque si bien, pasan por un proceso de empoderamiento, eso de nada sirve si se encuentran con un compañero violento, agresivo, no dispuesto a negociar; por eso es importante dar a los hombres herramientas que les permitan renunciar a su violencia”, explica Baños Terrazas, Coordinador General de Capacitación, Profesionalización e Investigación de la Secretaría de Bienestar, en entrevista para Excélsior.
“Toda la violencia que generan los hombres es un aprendizaje que se puede desaprender; una vez que nos enteramos de que no es un asunto de naturaleza, muchos hombres en todo el mundo hemos decidido trabajar con otros hombres para generar acciones que ayuden a erradicar la violencia de género”.
A nivel federal, la estrategia Hombres Contra la Violencia se diseñó desde 2018 y, a partir de entonces, se han implementado diversas iniciativas para capacitar, en una primera etapa, a todos los funcionarios públicos de México, así como a policías y militares del país, algo que, afirma Baños, no ha sido fácil.