Sigue el “Super Martes” de las elecciones primarias republicanas en USA

La gran ventaja que Santorum está llevando en el recuento en Tennessee permite proyectar ya su victoria en ese estado. Con el 18% del recuento, Santorum tiene el 44% de los votos, frente al 28% de Romney.

Las cosas parecen haberle ido bien a Santorum en Oklahoma y en Tennessee, dos estados que ya le atribuían las encuestas pero donde se habría impuesto a Romney con más rotundidad de la esperada. Según encuestas a pie de urna de la CNN, la proyección para Oklahoma sería: Santorum 38%, Romney 25%, Gingrich 24%, Paul 12%. En el caso de Tennessee: Santorum 35%, Romney 28%, Gingrich 23%, Paul 11%.

Romney se alza también con la victoria en Massachusetts, el estado del que fue gobernador entre 2003 y 2007. Según encuestas a pie de urna, podría haber alcanzado al menos el 50% de los votos.

Ron Paul sigue el recuento en Dakota del Norte, donde en estos momentos se reúne con sus seguidores. Ante ellos repasa sus propuestas electorales: la vuelta a casa de todas las tropas estadounidenses en el exterior, la desaparición de la Reserva Federal, la no injerencia gubernamental en internet…

Romney ha ganado en Vermont, según la proyección de la Fox. Va primero en el recuento y no será alcanzado por Paul o Santorum, que se pelean por el segundo puesto en ese estado.

Al cerrar los colegios en Ohio, la encuesta a pie de urna de la CNN da por vencedor a Romney. El exgobernador de Massachusetts habría logrado un 40%, Santorum un 36%, Gingrich un 12% y Paul un 11%. Pero dada la rivalidad en ese estado, cabría un resultado más ajustado.

En Virginia, solo Romney y Paul se presentaban; Santorum y Gingrich llegaron fuera de plazo para presentar su candidatura. Hay en juego 46 delegados.

Romney gana en Virginia, como se preveía. Las cadenas estadounidenses proyectan su victoria de acuerdo con los primeros datos disponibles, que de momento dan un reparto de 60% para él y un 40% para Paul, su único contricante allí.

A partir de una victoria en Georgia, Gingrich espera un efecto mimético el siguiente martes en los vecinos estados de Alabama y Missisippi, que con Georgia y Carolina del Sur (única plaza donde de momento ha ganado) constituyen el profundo sur estadounidense.

Newt Gingrich confiaba en volver a contar en las primarias gracias a un triunfo en Georgia, el estado que representó en el Congreso durante veinte años. Georgia es el estado que más delegados reparte en este "supermartes" (76). Las encuestas predicen esa victoria, pero algunos delegados irán al menos para Romney, que parece fuerte en entornos urbanos como el de Atlanta

Gingrich gana Georgia, como estaba previsto. Según la proyección de la CNN a partir de encuestas a pie de urna: Gingrich 45%. Romney 26%, Santorum 20%, Paul 8%.

En Ohio, las encuestas indican que el voto católico es más para el mormón Romney (40%) que para los católicos Santorum (31%) y Gingrich (11%). Confirma que no se vota por religión

En Virginia se prevé que gane con holgura Romney, pues allí su único contrincante es Ron Paul (y otros candidatos menores). Satorum y Gingrich no se presentan: con una estructura menor cuando comenzó todo el proceso de primarias no llegaron a tiempo en su día para inscribirse.

Con Massachusetts, donde Romney gobernador, y el vecino Vermont asegurados, de acuerdo con las encuestas, Romney no ha limitado su tiempo a Ohio, sino que ha visitado otros estados, especialmente en la parte oriental del país, donde le está yendo bien. También tiene en el bolsillo Virgina, pues ahí ni Santorum ni Gingrich concurren, y solo le disputa el voto Paul. Ganar en Ohio sería importante para Romney, porque sellaría su condición de favorito

En una carrera que puede ser larga, la prioridad de Romney es ahora ir sumando delegados, en lugar de concentrarse en determinadas victorias estratégicas como necesitan el resto de candidatos.

Gingrich ha centrado la campaña solo en su estado, Georgia, y en un solo asunto, el precio de la gasolina. Se ha comprometido, si es nominado y llega a la Casa Blanca, a mantener el precio del galón (3,78 litros) de gasolina por debajo de 2.50 dólares (1,90 euros). “Dos-Cinco-Cero” se ha convertido en su nuevo lema, aunque un presidente en realidad no tenga la última palabra sobre el precio del combustible.