Desde San Lázaro
Palacio Legislativo de San Lázaro, aún recuerdo la primera vez que Imponente y Majestuoso, te tuve frente a mí. Asombro, admiración, alegría, miedo……miedo ante tu grandeza y majestuosidad y lo desconocido, que se disipo cuando apreté la mano de mi padre, ese gran hombre al que admiro y amo y que siempre me condujo por nuevos caminos, como aquel día, que al voltear y verlo caminar gallardo, seguro de sí mismo, saludando a la gente que cruzaba con nosotros, me infundio la confianza y seguridad para seguir junto a él, caminando por tus patios y pasillos e ir descubriéndote cada vez más y más.
Palacio Legislativo de San Lázaro, sede del Poder Legislativo de la nación, fuente de donde emanan las leyes que regulan la vida de paz , justicia y esperanza, que todos los mexicanos merecen, hoy recuerdo cuando niño, visite tu museo y pude recorrer un tramo de nuestra historia y revivirla, cuando por primera vez ingrese al Recinto Legislativo ese donde se reúnen a sesionar los 500 Diputados que conforman las Legislatura – mi asombro era inmenso, al observar el proscenio con dos inmensas banderas, la tribuna, las 500 curules forradas de cuero, la muros de madera y el magnífico candelabro que ilumina en su totalidad el salón resaltando el color café rojizo de la tribuna- y ante esa majestuosidad, soñé, anhele y decrete, que algún día yo iba ser parte de esa gran familia a la que mi padre pertenecía, contribuyendo con su esfuerzo, su entrega y su trabajo, a las grandes tareas que ahí se realizaban para bien de nuestra Patria.
Palacio Legislativo de San Lázaro, conjunto de edificios sede de la H. Cámara de Diputados, edificios que comenzaron a construirse en 1979 y fueron inaugurados oficialmente en 1981 y donde a partir de ese momento se viven historias distintas todos los días, historias no solo referentes a temas políticos, jurídicos o legislativos, también existen historias de grandes personajes que han crecido junto con el Palacio, personajes que han entregado gran parte de su vida a su quehacer legislativo y administrativo y que si tú me lo permites amigo lector, en cada edición de Uniendo Voces, yo compartiré contigo, porque San Lázaro, tiene vida propia, corazón que bombea y alimenta miles de historias y hazañas de hombres conocidos y famosos que contribuyen con su trabajo a la historia de nuestro país, pero San Lázaro también está lleno de historias de esos héroes anónimos que cumpliendo con su trabajo día tras día, son parte fundamental para que se mantenga con vida este gran gigante tan importante en el presente y futuro de México.
Hoy Reconoceré a dos de estos héroes, la Directora General de Proceso Legislativo la Señorita. María Elena Sánchez Algarín que cumplió 50 años de servicio ininterrumpido, aportando no solo su trabajo, sino su vida misma a esta noble causa, siendo homenajeada por Diputados y compañeros de trabajo y plasmando la historia y sus vivencias de estos 50 años en un hermoso libro, que merece ser leído para deleite y conocimiento de todos los que amamos esta parte de nuestra historia. Felicidades Srita. María Elena y gracias por su trabajo, sus aportaciones y su enseñanza sobre lo que un ser humano puede aportar para beneficio de sus semejantes.
Y bueno, con emoción y un nudo en la garganta, permíteme amigo lector, reconocer a otro héroe de San Lázaro, que después de haber colaborado en Pinos, en las Campañas de Luis Donaldo Colosio y Ernesto Zedillo, llego aquí, a entregar también parte de su vida, aun dejando tiempo para el mismo y para la familia pero contribuyendo con su trabajo desde los Talleres Gráficos, hasta la Dirección que ocupo de Relaciones Publicas, como parte de este Gran equipo de San Lázaro, honrándolo con su trabajo y esfuerzo y que además al ser mi querido padre, ejemplo, maestro y amigo, Víctor Noguez Arana, me impulso y motivo a no cejar en mi sueño de ser un día parte de esta gran familia a la que ahora orgullosamente pertenezco. Gracias Víctor Noguez, mi Padre y mi amigo, por tu amor, tu guía y tu ejemplo de cómo vivir una vida de trabajo y entrega en beneficio de tus semejantes y del México que me enseñaste a amar.
Gracias Palacio Legislativo de San Lázaro, Gracias Diputados y compañeros que colaboramos aquí y no perdamos la fe y la esperanza de que vamos en un camino de construcción y desarrollo, donde seguramente corrigiendo errores y construyendo más, con voluntad, entusiasmo y persistencia, seguiremos aportando lo que nuestra Patria y los mexicanos necesitamos, Mejores Leyes, Justas y Equitativas que permitan transitar a nuestro México por un camino de Paz, Justicia y Democracia.
Hasta el próximo San Lázaro, hasta el próximo amigo.
