ORACIÓN POR MÉXICO
Por Jorge Fernández
Señor Dios Todopoderoso, hoy te pedimos que fortalezcas a tu Iglesia Católica, que la llenes de tu gracia y sabiduría.
5En este momento en que recibimos a nuestros amigos del Vaticano, quienes cada año vienen a México a pasar sus vacaciones con nosotros, agradecemos profundamente la oportunidad de compartir momentos de reflexión y fraternidad.
Durante nuestras conversaciones, nos han compartido su preocupación por los desafíos que enfrenta la Iglesia en el mundo, las situaciones complejas que atraviesa, y las amenazas que surgen de corrientes que no siempre buscan el bien. Nos hablan de cómo la Iglesia, en medio de un panorama global cada vez más competitivo con otras religiones, necesita ser fortalecida y apoyada para seguir cumpliendo su misión en el mundo.
Señor, te pedimos por los sacerdotes, que los hagas más nobles, con corazones sensibles y llenos de bondad. Que encuentren en ti la fuerza para abrir sus mentes y sus corazones, para que comprendan mejor las necesidades de la gente que los rodea.
Que puedan mantenerse firmes en su vocación, resistiendo las tentaciones y siguiendo tu ejemplo, para que continúen siendo pilares de fe y esperanza para todos nosotros. Fortalece, Señor, su espíritu y guíalos en su labor de orientar, educar y consolar, para que sigan siendo luz en medio de la oscuridad.
Te pedimos también, Señor, que refuerces la vocación de cada sacerdote, desde los franciscanos, jesuitas, lazayistas, hasta los boscos y tantos otros que dedican su vida a la educación, el arte, la cultura y al servicio de los demás. Que sus corazones se mantengan firmes en la fe, que no caigan en las tentaciones, y que sigan siendo ejemplos vivos de tu amor y tu misericordia.
Señor, que tu Iglesia continúe siendo un símbolo de guía y jerarquía, llevando tu mensaje a todos los rincones del mundo. Te pedimos que inspires a más hombres a responder a tu llamado, para que se conviertan en sacerdotes íntegros, honestos, con corazones puros y conciencias limpias, fortaleciendo así las filas de aquellos que te sirven.
Te damos gracias, Señor, por todas las bendiciones que has derramado sobre nosotros. Por tu amor incondicional, por la gracia y la misericordia con la que nos cubres cada día. Gracias por nuestras familias y amigos, por la salud y el bienestar que nos permites disfrutar. Y gracias, especialmente, por los desafíos que nos haces enfrentar, pues en ellos encontramos oportunidades para crecer en la fe y acercarnos más a ti.
Te pedimos también, Señor, que restaures todo aquello que está dañado en nuestra Iglesia y en nuestras vidas. Que renueves el espíritu de quienes se sienten abatidos, que sanes los corazones heridos, y que fortalezcas nuestra fe para seguir adelante con esperanza. Ayúdanos a dejar atrás el pasado y a avanzar hacia un futuro lleno de promesas, siempre confiando en tu fidelidad.
Por último, Señor, pedimos que nos llenes de tu paz y sabiduría, que nos guíes a vivir en armonía con tu voluntad y que nuestra energía esté siempre alineada con la abundancia de tu amor. Que cada día podamos ser testigos de tu poder transformador, y que con un corazón agradecido, sigamos construyendo un mundo en el que tu mensaje de amor y redención prevalezca por encima de todo.
AMÉN