Canadá anunció que comenzará a imponer el miércoles un arancel del 25 por ciento a la importación de determinados vehículos estadunidenses, una medida de represalia a los gravámenes del presidente Donald Trump a los automóviles fabricados en el extranjero.
El primer ministro canadiense, Mark Carney, anunció esta medida el 3 de abril, pocas horas después de que Estados Unidos impusiera su tarifa del mismo importe, pero no había precisado una fecha de aplicación.
Canadá sigue respondiendo enérgicamente a todos los aranceles injustificados e irrazonables”, precisó este martes en un comunicado el ministro de Finanzas del país, Francois-Philippe Champagne.
La tarifa entrará en vigor un minuto después de la medianoche el miércoles y se aplicará a aproximadamente el 10 por ciento de todos los autos enviados desde Estados Unidos.
La semana pasada, Carney explicó que el arancel canadiense iría dirigido a “todos los vehículos importados de Estados Unidos que no cumplan” el Tratado de Libre Comercio de Norteamérica (T-MEC), que ambos países comparten con México.
El gravamen afecta a importaciones de vehículos estadunidenses por valor de unos 25 mil 500 millones de dólares, según la oficina del primer ministro.
Los aranceles canadienses afectarán a los autos y camionetas fabricados con menos del 75 por ciento de piezas norteamericanas, es decir, alrededor del 10 por ciento de todos los vehículos enviados de Estados Unidos a Canadá, lo que representa unas 67 mil unidades al año.
Canadá se libró de la nueva ola de aranceles anunciada la semana pasada por Trump contra casi todos los países del mundo, que ahora se enfrentan a un arancel de al menos el 10 por ciento sobre todas sus ventas a Estados Unidos.
En 2025, los aranceles impuestos por Donald Trump a Canadá han desencadenado una serie de efectos económicos y políticos que han tensionado la relación entre ambos países.
Desde marzo, Trump implementó un arancel del 25 por ciento a importaciones canadienses como acero, aluminio y automóviles, justificándolos como medida contra el tráfico de fentanilo y la migración, aunque estas afirmaciones han sido cuestionadas. Posteriormente, en abril, elevó los aranceles al acero y aluminio al 50 por ciento, intensificando la guerra comercial.
Económicamente, Canadá, que exporta más de 412 mil millones de dólares anuales a Estados Unidos (aproximadamente 20 por ciento de su PIB), enfrenta un impacto severo.
Según analistas citados por CNN, estos gravámenes podrían ralentizar la producción, especialmente en la industria automotriz, donde las cadenas de suministro entre ambos países están profundamente integradas.
Esto ha elevado los costos de vehículos y piezas, afectando tanto a fabricantes como a consumidores estadunidenses, con estimaciones de TD Economics que sugieren un aumento de 3 mil dólares en el precio promedio de un automóvil en EU.
Además, productos clave como madera y petróleo canadiense podrían encarecer la gasolina y bienes de consumo en EU, según BBC News Mundo.
Políticamente, el primer ministro canadiense, Mark Carney, calificó los aranceles como un “ataque directo” y prometió represalias. Canadá respondió con aranceles del 25 por ciento a bienes estadunidenses por 155 mil millones de dólares, según Reuters, y ha considerado cortar el suministro eléctrico a estados como Michigan.
Esta escalada ha puesto en jaque el Tratado entre México, EU y Canadá (T-MEC), firmado por el propio Trump en 2020, amenazando la integración económica norteamericana.
Expertos, como los citados por The New York Times, advierten que ambos países sufrirán, aunque Canadá, por su dependencia comercial, podría enfrentar una recesión.
Mientras Trump defiende los aranceles como un impulso a la economía estadunidense, los mercados reflejan incertidumbre, con caídas en Wall Street tras cada anuncio.