ORACIÓN POR MÉXICO
Hoy martes 10 de septiembre
Por Jorge Fernández H.
Amado Dios, te agradezco con todo mi corazón por las innumerables bendiciones que derramas cada día sobre nuestro amado México.
Te agradezco por todo lo que nos das: el aire que respiramos, la tierra fértil que nos sustenta y, sobre todo, la libertad que aún podemos disfrutar. Sabemos que hay países sumidos en el dolor de la guerra, la pobreza o la opresión.
Te agradezco por los dones que recibimos y te pido que nunca permitas que olvidemos todo lo que nos has concedido.
Hoy, Señor, en este Día Internacional contra el Suicidio, elevo mis súplicas a ti por todas aquellas almas que han caído en la oscuridad de la desesperanza, en la tristeza profunda, en la depresión que los ahoga y los desconcierta.
Amado Dios, te ruego que ilumines su camino, que tu luz penetre en sus corazones para que puedan sentir nuevamente el valor y el propósito que encierra el precioso don que Tú les diste: la vida.
Muchos de ellos no ven salida a su dolor y sienten que la única opción es acabar con su sufrimiento, sin saber que ese acto trae consigo más tristeza para quienes los rodean. Te pido, Señor, que transformes sus pensamientos, que les concedas esperanza donde ya no la encuentran y que les muestres que aún hay belleza y amor en este mundo.
Amado Señor, sabemos que los motivos que llevan a una persona a contemplar el suicidio son variados y profundos: el aislamiento, la incomprensión, la pérdida de fe en sí mismos, o el dolor emocional que parece insoportable.
Pero también sabemos que, con tu ayuda y con la fuerza de la comunidad, podemos ofrecerles un apoyo vital. Como hermanos, ayúdanos a ser más conscientes de los signos de alerta, a identificar a aquellos que están en riesgo.
Enséñanos a ver más allá de las sonrisas fingidas, de las palabras de calma que esconden un profundo sufrimiento. Danos la capacidad de escuchar con atención, de ofrecer palabras de consuelo, de estar presentes para aquellos que se sienten solos.
Te pedimos, Señor, que nos des la fortaleza y la sensibilidad para ayudarles a encontrar un camino de regreso hacia la vida y hacia la esperanza.
Dios mío, también te suplico que nos des la imaginación y la visión para acercarnos a quienes están en peligro.
Que no nos quedemos ciegos ante sus necesidades, que tengamos la valentía de extender una mano cuando más lo necesiten, y que podamos ser instrumentos de tu amor en sus vidas.
Ayúdanos a recordar que no siempre se trata de dar grandes discursos, sino de estar ahí, en silencio si es necesario, para que sientan que no están solos. Y cuando nuestras fuerzas no sean suficientes, que tu gracia infinita los alcance y los sostenga.
Te agradezco, Señor, por siempre escucharme, por ser mi refugio y mi guía.
Te agradezco por la paz, la salud, el hogar, y la dignidad que me concedes.
Prometo seguir trabajando con dedicación, utilizando los dones que me has dado para vivir una vida plena y para extender mi mano a quien lo necesite. Danos, Señor, las herramientas para construir una sociedad más comprensiva y solidaria, donde el amor y la esperanza prevalezcan.
Te amo, Dios mío, y te agradezco por todo lo que nos das. Te pido, Señor, que sigas bendiciendo a este país y a su gente, y que nos guíes para ayudar a aquellos que más lo necesitan.
AMÉN